Las enfermedades de la piel, el órgano más grande del cuerpo humano, condicionan el día a día de millones de jóvenes, y, a pesar de los avances, aún siguen existiendo necesidades no atendidas. Una de las más acuciantes y condicionantes para aquellos que la sufren es la dermatitis atópica, una enfermedad de la piel que se caracteriza por el enrojecimiento e inflamación de la piel, en unas localizaciones muy características que van variando con la edad y que producen un picor intenso.
En el Día Mundial de la Dermatitis Atópica que se celebra este jueves, la incidencia de la dermatitis atópica en jóvenes se ha multiplicado por tres en los últimos años. Aunque se desconoce el origen de la patología, múltiples factores pueden contribuir a su proliferación entre la población joven. Aspectos como factores genéticos, cambios en el estilo de vida, el estrés, el insomnio, el sudor o el polvo pueden aumentar la prevalencia entre los jóvenes. De hecho, se calcula que la dermatitis atópica es ya la segunda causa más frecuente de visita al dermatólogo y que el 67% de los pacientes adolescentes presentan dificultades para la conciliación del sueño, siendo fundamental para el crecimiento y el desarrollo.
Además, la dermatitis atópica tiene un gran impacto psicosocial en los pacientes jóvenes que la padecen. En una etapa en la que las relaciones personales cobran una importancia significativa, la patología altera las relaciones interpersonales, genera rechazo, estigmatización y aislamiento social y limita al paciente en diversas áreas y actividades de su vida cotidiana, entre otros.
Por otro lado, el impacto de la patología también puede ser significativo en el ámbito académico y laboral. Por ejemplo, en los adolescentes tiene una gran repercusión a nivel académico, influyendo en la asistencia y en el aprendizaje en clase y también es un factor que puede condicionar el desarrollo profesional. De hecho, el 92% de los pacientes adolescentes con dermatitis atópica considera esta enfermedad como una auténtica limitación en su vida cotidiana, tanto en la práctica de deportes como de actividades libres.
En este sentido, se hace imprescindible poder contar con tratamientos seguros y eficaces que permitan tratar la enfermedad. Una de las recientes novedades que da solución a estos pacientes fue la comercialización de tralokinumab -un tratamiento biológico para la dermatitis atópica de moderada a grave- para adolescentes de 12 a 17 años. Este tratamiento de LEO Pharma ya estaba indicado en nuestro país para adultos.