4 riesgos de ponerse a dieta sin la supervisión de un profesional

En los últimos años, la tendencia hacia las «dietas relámpago» o la eliminación de grupos completos de alimentos ha ganado popularidad, impulsada en gran medida por la desinformación y la presión social para alcanzar ciertos ideales de belleza. Sin embargo, esta práctica, cuando se lleva a cabo sin el asesoramiento adecuado, puede tener graves consecuencias para la salud. 

En este contexto, Nara Seguros, compañía especializada en seguros de salud, vida y ahorro, ha identificado los principales riesgos de seguir regímenes alimenticios sin supervisión:

  1. Deficiencias nutricionales y problemas metabólicos
  • La eliminación de grupos alimenticios puede generar carencias nutricionales, debilitando el sistema inmunológico.
  • Las dietas extremadamente bajas en calorías pueden causar cansancio y debilidad, afectando el rendimiento diario.
  • Al reducir o eliminar los hidratos de carbono, el cuerpo entra en cetosis, un estado que puede causar efectos secundarios como mareos y mal aliento.
  1. Impacto en órganos y funciones corporales
  • La falta de grasas saludables puede derivar en problemas digestivos, como estreñimiento, mientras que la falta de fibra afecta la salud intestinal.
  • Dietas altas en proteínas imponen una sobrecarga para el hígado y los riñones, dificultando su función y aumentando el riesgo de complicaciones.
  • Los desequilibrios de minerales o los ayunos prolongados incrementan el riesgo de calambres musculares y problemas de vesícula.
  1. Carencias de nutrientes esenciales y desequilibrios minerales
  • Dietas basadas únicamente en frutas y verduras carecen de proteínas, lípidos e hidratos de carbono complejos, resultando en carencias nutricionales y exceso de azúcares simples.
  • La falta de sodio y potasio puede provocar calambres musculares dolorosos, que afectan al rendimiento y al bienestar general.
  1. Efectos psicológicos y el “efecto rebote”
  • Las dietas extremadamente restrictivas suelen llevar a una relación negativa con la alimentación y aumentan el riesgo de abandono y efecto «yo-yó», que provoca la recuperación rápida del peso perdido y afecta la salud emocional.

”Un cambio en la alimentación debe ser responsable y siempre diseñado por un profesional de la salud, quien puede adaptar el plan a cada persona y monitorear el proceso, priorizando la seguridad y el bienestar del individuo”, destacan desde Nara Seguros.

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