La industria farmacéutica es un sector estratégico que aúna retornos económicos, sociales, medioambientales y de salud para las sociedades en las que está asentada. Un valor que ahora recoge en detalle el informe La gran oportunidad: España como hub mundial de innovación y producción de medicamentos, elaborado por Analistas Financieros Internacionales (AFI).
El informe recoge las grandes cifras que hacen que la industria biofarmacéutica sea punta de lanza en España, tanto en innovación como en la capacidad productiva y su impacto social. Además, el informe subraya que, en el contexto geopolítico actual, la industria farmacéutica se posiciona como un sector a fortalecer en la autonomía estratégica abierta en Europa.
La industria farmacéutica cuenta con más de 180 plantas de producción de medicamentos que generan más de 27.200 millones de euros de valor añadido, el equivalente al 1,9% del PIB nacional. En términos de I+D, la inversión anual de las compañías supera los 1.500 millones de euros, del que un 45% se desarrolla en colaboración con hospitales, universidades y otros centros de investigación a través de alianzas público-privadas. Así, España se ha posicionado en los últimos años como uno de los líderes mundiales en innovación clínica.
Unas sinergias que contribuyen a un ecosistema que impulsa el conocimiento, que genera empleo de calidad, con más de 55.500 empleos directos y exporta más de 17.000 millones de euros al año.
El impacto del sector se ve respaldado en España por uno de los sistemas sanitarios más eficientes del mundo, formado por una red de hospitales, laboratorios y centros de investigación reconocidos internacionalmente. Además, el informe recoge cómo España cuenta con una red de infraestructuras tanto físicas como digitales punteras a escala global, así como una de las redes ferroviarias de alta velocidad más extensas del mundo y la mayor penetración de fibra óptica de la Unión Europea.
Sin embargo, en los últimos 20 años, Europa ha perdido su liderazgo en el lanzamiento de nuevos fármacos, en la década de los 2000 frente a Estados Unidos y en 2024 también frente a China. En las últimas dos décadas, Europa ha perdido el 25% de su inversión en I+D. Esto se suma a las fuertes presiones del Gobierno de EEUU para atraer inversiones en el sector, que ponen en riesgo la actividad de las compañías en Europa.
En un contexto de incertidumbre global, la industria farmacéutica emerge como un sector estratégico para reforzar la autonomía sanitaria y productiva de Europa. Sin embargo, es fundamental contar con Administraciones que den señales decididas de apuesta por la innovación y promuevan medidas que fortalezcan el ecosistema de innovación en el país y en la región.
Siete medidas para potenciar la innovación biofarmacéutica en España
En este contexto, Farmaindustria ha planteado y trasladado a las Administraciones una serie de propuestas para que España logre convertirse en un centro global de producción e innovación biofarmacéutica. En un momento en que España se encuentra en una revisión profunda del marco regulador sectorial farmacéutico, la industria cree que existe una gran oportunidad de que España logre ser un país aún más atractivo para la innovación.
Entre las siete propuestas recogidas en Del potencial a la acción: Medidas para acelerar la inversión biofarmacéutica en España en el contexto geopolítico actual figuran: disponer de un marco regulatorio predecible que valore la innovación y facilite el acceso de los pacientes a los nuevos medicamentos; reforzar el ecosistema de innovación; adecuar la nueva regulación medioambiental a los objetivos de innovación y competitividad; revisar las presiones fiscales; mejorar las minoraciones del Profarma y no incrementar las contribuciones obligatorias de la disposición adicional 6ª, y aumentar las deducciones por inversiones en I+D y los incentivos a la producción de medicamentos estratégicos o terapias avanzadas.
Farmaindustria está trasladando a las Administraciones y agentes del sector estas propuestas, con el fin de aprovechar la oportunidad histórica que ofrecen actualmente las regulaciones en preparación, desde la futura Ley de Medicamentos y Productos Sanitarios a los Reales Decretos de Evaluación de Tecnologías Sanitarias y de Precio y Financiación. Esto, unido a la renovación de la legislación farmacéutica europea y la elaboración de la futura ley europea de Biotecnología nos sitúan en un momento clave para definir el futuro de Europa. Es urgente apostar por la innovación biofarmacéutica y acelerar la llegada de los tratamientos a los pacientes europeos y promover un ecosistema innovador que atraiga inversiones en I+D y en plantas de producción en Europa y en España. De la inversión de hoy en I+D biomédica, en ensayos clínicos con nuevos medicamentos dependerán los medicamentos que tengamos en el futuro.