The Lancet y O’Neill Institute definen la Salud Global como: “el estudio, investigación y práctica con el objetivo de prevenir lesiones y enfermedades para promover la salud pública, al tiempo que se logra la
equidad en salud para todas las personas en todo el mundo, tanto dentro como entre los estados.” La Salud Global contempla a la salud pública pero refleja algo más profundo: la salud se ha globalizado.
Las vacunas son un bien público global que busca lograr la erradicación y prevención de ciertas enfermedades reduciendo su carga y gradiente social.
La Salud Global es sinónimo de bienestar social mundial. Por tanto, sería necesario que las desigualdades en salud fueran superadas en respuesta a un imperativo moral y ético a interiorizar en todos los niveles políticos de decisión. Dichas desigualdades, también conocidas como determinantes sociales de la salud (DSS), provienen de aspectos tan diversos como: educación, alimentación, vivienda, ingresos, empleo, saneamiento y atención médica. Traspasan disciplinas más allá de la sanitaria y su impacto es global.
Las vacunas tienen el potencial de impactar en el nivel de la prevención y la promoción de la salud. Las vacunas son una herramienta para superar desigualdades en salud no justificadas.
“El reto en vacunación sigue siendo llegar a el mayor número de personas” ha subrayado Juan del Llano, director de la Fundación Gaspar Casal. Añadió que: “En los países en desarrollo, el problema reside en la falta de acceso a vacunas por los altos costes de producción y compra una de las principales razones. En los países desarrollados, el mayor desafío sigue siendo la baja cobertura en adultos a pesar de plena disponibilidad y accesibilidad, debido entre otras cosas a la desinformación, la falta de concienciación de los profesionales sanitarios y las fake news que corren por las redes sociales”.
Oscar Cabrera (Director de Health and Human Rights Inicitive del O´Neill Institute de la Universidad de Georgetown), en su intervención magistral, remarcó el papel esencial de los Derechos Humanos para hacer realidad el acceso a la salud en todo el mundo e incorporar sus fundamentos en las políticas sanitarias donde el paradigma de la Salud Global permite no dejar a nadie atrás.
Durante la primera mesa, moderada por Rosario Cáceres (Coordinadora del grupo Vacunología Social de AEV) puso el acento en cómo proteger las vacunas como bienes públicos globales para lo cual se requiere de una respuesta multinivel y transversal tal y como reforzaron todos los ponentes de la mesa. Desde la AEMPS, Alicia Pérez (Jefe de Servicio en la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS)), aseveró que: “No hay una vinculación formal de autorización de vacunas a consecuencia de la resistencia antimicrobiana pero está claro que prevenir las infecciones, por ejemplo, mediante la vacunación, reduce el uso de antibióticos que pueden dar resistencia”. Por su parte, José María Eiros (Jefe del Servicio de Microbiología e Inmunología del Hospital Clínico de Valladolid y Director del NIC.), enfatizó que la investigación básica sigue siendo un reto pendiente para promover la salud colectiva: “hay que seguir la Regla de las 4Es: educación sanitaria, estudiar, dar ejemplo y contar con la enfermería.” Marta Molina, Subdirectora General de Prevención y Promoción de la Salud de la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid, afirmó que: » No podemos tomar decisiones a la ligera, cuando se toman, estas tienen que ser muy sólidas y se tienen que trasladar a los compañeros de sanidad asistencial y a la población general.» María Garcés-Sanchez, Subdirectora General de Prevención y Promoción de la Salud de la Dirección General de Salud Pública de la Comunidad Valencia, puntualizó que: “Hay que interiorizar que la equidad sanitaria solo se puede lograr desde una salud pública fuerte. Las actuales estructuras administrativas son, en parte, una enfermedad crónica que ralentiza cambios que son esenciales”.
La mesa siguiente, se centró en los determinantes sociales y su impacto en las vacunas con el fin de no dejar de nadie atrás. El debate enfatizó la importancia de recuperar el liderazgo de la SP a través de ser útil y hacer realidad la equidad en salud, tomando como ejemplo protagónico las vacunas. También se planteó la idea de creación de foros de reflexión que sirvan de espacio de diálogo para decisores, academia y clínicos. “Solo un 1,8% del presupuesto de nuestro Sistema Sanitario va a salud pública, donde entra dentro la compra de vacunas. Hay un desequilibrio entre sanidad y salud pública. Sería necesario aumentar el presupuesto al menos al 3% para ver retornos en el corto plazo en salud pública” afirmó Nuria Gayán, (DGSP Aragón). Por su parte, Helena Helegido (Profesora del Imperial College London.) subrayó que “uno de los grandes errores es que no hay relación entre la comunidad y el plano internacional. Hay que buscar cómo involucrar a comunidad en decisiones sanitarias a todos los niveles”. Laura Ruiz (DGSP CLM) puntualizó que: “Desde Castilla La-Mancha, con el reciente brote de sarampión, hemos aprendido a gestionar el acceso a vacunas a colectivos vulnerables a través del refuerzo de la atención primaria y de la identificación de líderes con el apoyo de trabajadores sociales. Esto hay que trabajarlo día a día y no cuando tenemos un brote”.
Desde la industria farmacéutica (Ana Hernando de GSK, Cristina Nadal de MSD, Fernando Méndez de Pfizer y Juanjo Polledo de Takeda), resaltaron que aún queda mucho por concienciar tanto a ciudadanos como a gestores y profesionales sanitarios. Sigue haciendo falta interiorizar que las vacunas son una fuente de inversión y que la vacunación debe acompañar a los ciudadanos a lo largo de toda vida. En concreto, subrayaron la importancia de la colaboración público-privada, cuyos dos ingredientes necesarios son tener un objetivo o reto común y otro la confianza, todo esto trabajado desde la coordinación y transparencia. También recalcaron que las vacunas sin vacunación no tienen sentido.
La clausura corrió a cargo de las sociedades científicas que avalaron este encuentro. La Sociedad Española de Salud Pública y Administración Sanitaria (SESPAS), la Sociedad Española de Medicina del Viajero (SEMEVI) junto con la Asociación Española de Vacunología coincidieron en que los programas de vacunación tienen la capacidad de proteger a todos los ciudadanos con independencia de la edad y del lugar donde vivan.