os pacientes con cáncer no solo se enfrentan a un diagnóstico de salud que les cambiará la vida, sino también a toda una maratón de pruebas, citas hospitalarias y procedimientos clínicos que reducen significativamente la calidad de la misma. Y es que un ciclo estándar de quimioterapia puede llegar a requerir tres o cuatro visitas al hospital, entre el Laboratorio para el análisis de sangre, la cita con la enfermera especializada, la consulta con el oncólogo y, finalmente, el tratamiento en el Hospital de Día; todas ellas con su correspondiente tiempo de espera entre procedimientos.
Este modelo tradicional, lejos de centrarse y responder a las necesidades de los pacientes con cáncer, implica una plétora de desplazamientos, citas y esperas que pueden afectar a su calidad de vida, en ocasiones, hasta el punto de llevarles a abandonar el tratamiento debido a las dificultades y conflictos con la vida personal, familiar, social y laboral que conllevan.
Por eso, en 2019, la Fundación Jiménez Díaz, impulsada por la Unidad de Innovación Clínica y Organizativa (UICO) de los Hospitales de Quirónsalud integrados en la red pública madrileña (Sermas) -que incluyen, además de al citado centro, a los hospitales universitarios Rey Juan Carlos (Móstoles), Infanta Elena (Valdemoro) y General de Villalba (Collado Villalba)- diseñó, desarrolló y puso en marcha el proyecto HOspital de Día PErsonalizado (HOPE), para mejorar la atención y experiencia de los más de 4.000 pacientes con cáncer a los que atiende anualmente gracias a la implantación de una unidad de práctica integrada, la innovación tecnológica y la transformación digital.
Más de cuatro años después de su implementación, la iniciativa, que supone un cambio de paradigma, ha transformado el modelo tradicional de tratamiento del cáncer, en el que los pacientes orbitan alrededor del hospital y los proveedores de atención médica, para convertirlo en un modelo de atención basado en el valor y centrado en el paciente, alrededor del cual giran ahora tanto el centro como los profesionales asistenciales, mejorando no solo la calidad de vida de los pacientes oncológicos, sino también sus resultados clínicos.
Así se pone de manifiesto en el artículo “Proyecto HOPE: Mejorando la experiencia del paciente con cáncer y sus resultados clínicos gracias a una unidad de práctica integrada y la transformación digital”, recogido -y protagonista de su portada- en el último número de la revista científica NEJM Catalyst -publicación estadounidense líder del prestigioso grupo NEJM (New England Journal of Medicine), que se centra en las últimas innovaciones, ideas y soluciones prácticas dedicadas a la transformación de la prestación de servicios para la salud- y firmado, entre otros, por los doctores Cristina Caramés, directora asistencial y de Investigación de Quirónsalud, especialista del Servicio de Oncología de la Fundación Jiménez Díaz y responsable de la iniciativa; Manuel Dómine y Yann Izarzugaza, especialistas del Servicio de Oncología del hospital madrileño; Javier Bécares, jefe de su Servicio de Farmacia Hospitalaria; y Cristina Élez, coordinadora de su Hospital de Día.
Una significativa representación del trabajo de un amplísimo equipo multidisciplinar que integra a todos los actores implicados en la atención y cuidado de los pacientes con cáncer (Enfermería, oncólogos, profesionales de Sistemas de la Información, Laboratorio y farmacéuticos) durante su proceso de tratamiento oncológico en el Hospital de Día para coordinar los actos antes y entorno a él, eliminar actos y esperas entre los mismos que no le aportan valor, y cuyo esfuerzo conjunto y coordinado ha dado sus frutos, a tenor de los resultados más que positivos registrados en el proyecto y evidenciados en la publicación. “En 2019 nos propusimos mejorar la vida de los pacientes y, a día de hoy, lo hemos conseguido”, asegura la Dra. Caramés.
Mejoras en eficacia, seguridad, salud, experiencia, satisfacción y calidad de vida
Así, HOPE consigue ya atender a través de su unidad de práctica integrada al 75 por ciento de los pacientes del Hospital de Día y reducir el índice de citas sucesivas innecesarias (las que se generan después de una primera y no generan valor para los pacientes) en un 63%, gracias a la estandarización de procesos, la mejora de la coordinación entre oncólogos y enfermeras, y el empoderamiento del colectivo enfermero para evitar redundancias en las tareas clínicas, lo que también da a los oncólogos más tiempo para centrarse en lo que realmente preocupa al paciente y ofrecer una atención verdaderamente centrada en él, evitando acciones redundantes e innecesarias.
El nuevo modelo de atención, basado en una única cita en el Hospital de Día Oncológico, que opera como una unidad de práctica integrada, ha permitido eliminar todo el tiempo de inactividad entre citas, incluidos desplazamientos y esperas innecesarias, reduciendo en un 97 por ciento la duración total del tratamiento: de 10 horas durante hasta tres días a tan solo dos horas en una sola jornada.
Por su parte, los esfuerzos en la definición, estandarización e integración de cada protocolo de tratamiento dentro de la historia clínica electrónica (HCE) han permitido reducir en más de 30.000 los actos administrativos al año para los oncólogos, que ahora pueden atender, de media, a un 4,25 por ciento más de pacientes, y duplicar el número de pacientes que pueden recibir tratamiento en un día, pasando de 30 a 60.
Adicionalmente, la sistematización en la recolección de datos clínicos, que facilita la correcta toma de decisiones, y la identificación y detección precoz de efectos adversos gracias a la implementación de un sistema de asistente virtual, han contribuido a una mejora drástica en los resultados clínicos, reduciendo los ingresos hospitalarios por efectos adversos graves o aumento de los síntomas en un 25 por ciento.
Todo ello se ha traducido en una importante mejora de la experiencia y satisfacción de los pacientes en su proceso de atención oncológica, como lo refleja el NPS (Net Promotor Score, herramienta que indica la satisfacción del paciente midiendo su predisposición a recomendar un servicio tras haber sido atendido en él) del Hospital de Día, cuya puntuación ha pasado del 75 a nada menos que 95 por ciento de pacientes que recomendarían este servicio, destacando como aspectos mejor valorados la disminución de los tiempos de espera y los desplazamientos, el acceso instantáneo a su equipo asistencial a través del Portal del Paciente -aplicación propia del hospital – y, en general, una atención más centrada en ellos.
Claves del éxito e impacto en los pacientes
Para conseguir todo ello, superando desafíos como la necesaria coordinación que hubo que favorecer con todos los departamentos involucrados en el proyecto, incluidos los miembros no clínicos, y la redefinición de roles y el empoderamiento de la Enfermería, HOPE incorporó cuatro aspectos fundamentales que convirtió en sus pilares: la estructuración de la recogida de datos clínicos en consonancia con la evidencia científica y los programas de calidad de mayor reconocimiento internacional y la estandarización del proceso a fin de reducir los errores derivados de la variabilidad individual; los sistemas “point of care” en el Hospital de Día para obtener los resultados del análisis de sangre en menos de 5 minutos; la automatización de la solicitud de prestaciones y las citaciones para unificar cuatro citas en una; y la integración del Portal del Paciente con la HCE, que permite al paciente comunicarse con el equipo médico o de enfermería desde dónde desee hacerlo y siempre que lo necesite.
La última novedad incorporada al proyecto fue precisamente en este último apartado: “AI-ON: Asistencia Inteligente en Oncología”, un asistente virtual para la atención de síntomas frecuentes y la resolución de dudas de estos pacientes en tiempo real basado en un modelo de inteligencia artificial que utiliza un ‘chatbot’ integrado en el Portal del Paciente y en la HCE del usuario, y que desde 2021 ha arrojado resultados muy positivos para los pacientes en términos de salud y experiencia, y para los facultativos en materia de eficacia en la gestión.
Mirando hacia el futuro
Pero, lejos de acomodarse con los retos alcanzados, el proyecto HOPE, que ha recibido un premio internacional y varios nacionales -el último de los cuales, el Premio Latido a la Humanización de la Medicina, le fue otorgado el pasado jueves por Medicina Responsable en el primer aniversario de este medio de comunicación-, y que actualmente se está implantando en otros hospitales españoles, sigue mirando hacia el futuro.
Concretamente, sus próximos objetivos para optimizar la atención centrada en el paciente incluyen una mejora de la evaluación de los resultados en salud y experiencia (PREMs y PROMs) y de la prescripción del tratamiento a través de la incorporación de herramientas de inteligencia artificial que faciliten la toma de decisiones en la práctica clínica diaria.
Y es que, como resume la Dra. Caramés, “nos preocupa no solo que el paciente se cure o reciba el tratamiento más adecuado, sino también que el este interfiera lo mínimo en su vida cotidiana, en su trabajo y en sus relaciones personales”. “Esperamos que nuestra experiencia pueda ayudar e inspirar a otras instituciones que también se esfuerzan por brindar una atención del cáncer verdaderamente centrada en el paciente”, concluye.
El Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz
El Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz, fundado hace más de 80 años por el Dr. Carlos Jiménez Díaz, mantiene un concierto con la sanidad pública desde el año 1953, por el que presta servicio sanitario público a la sociedad española.
Siguiendo los compromisos del grupo al que pertenece, Quirónsalud, sus profesionales llevan a cabo labor asistencial, docente e investigadora. Así, mantiene acuerdos con la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), entre otras entidades, y cuenta con su propia Escuela de Enfermería. Su Instituto de Investigación Sanitaria fue creado en 2009 por Convenio con la UAM y acreditado en 2010 y reacreditado en 2021 por el Instituto de Salud Carlos III (ISCIII) para un periodo de cinco años.