Nuestro país necesita cerca de 123.000 enfermeras para llegar a la media del número de profesionales por habitantes que tienen los países europeos. Una cifra que se ha visto incrementada con respecto a los anteriores datos disponibles, cuando establecían que eran necesarias 95.000 profesionales. Así se ha puesto de manifiesto en la presentación del informe del Consejo General de Enfermería titulado “Radiografía de la profesión enfermera. Informe de Recursos Humanos 2023”.
En este completo estudio, realizado por el Instituto Español de Investigación Enfermera del CGE, se retratan las grandes cifras de la profesión en nuestro país en el año 2023, incluyendo los datos del número de enfermeras en la relación con la población por comunidades y provincias, las necesidades de enfermeras para alcanzar la media de los datos que tienen nuestros vecinos europeos, pero también información relativa a las jubilaciones que se van a producir de aquí a diez años, la migración de enfermeras a otros países, la oferta de plazas en las universidades españolas, la implantación de la especialidades de Enfermería, así como los datos relativos al empleo o los tipos de contratos, entre otros aspectos.
Como ha señalado Florentino Pérez Raya, presidente del Consejo General de Enfermería (CGE), “en nuestro país vivimos desde hace años una grave escasez de enfermeras, que no deja de aumentar, con grandes desigualdades entre las distintas regiones. Esto está propiciando que los ciudadanos no tengan acceso a todos los cuidados enfermeros que necesitan”.
Tal y como ha explicado Diego Ayuso, secretario general del CGE, “en nuestro país hay 345.000 enfermeras, pero sólo algo más de 306.000 figuran como no jubiladas, por lo que son esas las susceptibles de atender a la población”.
Así, teniendo en cuenta esa cifra, hay una ratio de 6,3 enfermeras por cada mil habitantes. A nivel europeo existen diferentes fuentes que se pueden consultar: OCDE, Eurostat, la OMS… pero la media de esos tres datos supone 8,83 enfermeras por cada mil habitantes. “Ello implica que hay países como Noruega, Austria o Islandia que triplican el número de enfermeros que tenemos en España”, ha detallado Ayuso. “De tal forma que, sólo para llegar a la media europea (8,83) son necesarias un total de 122.993 enfermeras, un 40% más de las que tenemos en este momento”, ha incidido en secretario general del CGE.
Además, como ya ha denunciado el CGE en reiteradas ocasiones, se da la circunstancia de que, dentro de nuestro país, entre comunidades autónomas, e incluso entre provincias, hay una gran disparidad en los datos.
En los datos por comunidades autónomas, observamos que en la parte alta de la tabla esta Navarra (8,87), que es la única región que supera la media europea, le siguen País Vasco (8,01), Castilla y León y Melilla, ambas con 7,35, y Canarias (7,32). En el lado contrario, las comunidades que tienen una menor ratio son Murcia (4,8), Galicia (5,13), Comunitat Valenciana (5,49) y Andalucía (5,52).
A juicio del presidente de las 345.000 enfermeras españolas, “existe una disparidad preocupante entre las distintas comunidades autónomas y provincias, lo que provoca desigualdades en el sistema sanitario, que da lugar a ciudadanos de primera y de segunda categoría según los recursos enfermeros de los que disponen. Ello está poniendo en riesgo la seguridad de los pacientes, pues numerosos estudios han demostrado que la atención a un número excesivo de pacientes incrementa el riesgo de mortalidad y morbilidad. Pero no sólo eso, sino que además esto incide sobre la salud mental de las propias enfermeras”, asegura Pérez Raya. De hecho, el CGE está realizando un nuevo estudio sobre cómo afecta la sobrecarga asistencial a la salud de las enfermeras que se presentará en próximas fechas.
Para Diego Ayuso, “estos datos demuestran que la equidad, uno de los principios en los que se basa nuestro sistema sanitario, se incumple de forma sistemática. Es imposible prestar los mismos cuidados con la mitad de enfermeras como sucede entre Navarra y Murcia”.
Jubilaciones
Revertir esta situación requiere “invertir en enfermeras, en formación, en crear nuevas plazas en las universidades, en retener el talento para que no se marche fuera de nuestras fronteras, en lograr recuperar a los que se han marchado fuera… entre otras cuestiones. Son soluciones que no son a corto plazo, pero hay que empezar a planificarlas desde ya, habida cuenta de que en los próximos diez años casi 50.000 enfermeras se van a jubilar en todo el Estado, 10.000 de ellas sólo en Andalucía, lo que va a agravar el problema”, añade Ayuso.
Ahora mismo los estudios de Enfermería tienen mucha demanda, de hecho, las notas de corte para el acceso a los estudios universitarios son de las más altas. Como ha explicado Guadalupe Fontán, coordinadora del Instituto Español de Investigación Enfermera, para este curso 2023/2024, un total de 43.871 personas solicitaron iniciar los estudios del grado en Enfermería. Sólo lo lograron 10.532, no había más plazas disponibles. Como vemos, el problema no es de demanda, es de oferta, que es insuficiente”.
Otro aspecto a tener en cuenta estriba en que el 42% del personal docente e investigador de las facultades de Enfermería tiene más de 50 años. Una situación que será difícil paliar en los próximos años teniendo en cuenta los estrictos criterios de la ANECA para acreditar profesores universitarios, ya sea como ayudantes doctor o como doctores contratados”, ha añadido Fontán. Para incrementar el número de plazas universitarias en Enfermería, también será vital analizar qué profesorado se va a dedicar a ello y dónde podrán realizar las necesarias prácticas.
Precariedad laboral
A esta situación se añade la precariedad laboral, la inestabilidad en forma de contratos por días, e incluso por horas. Realmente en enfermería se considera que existe pleno empleo. Según los datos del SEPE, el servicio de empleo estatal, en 2023 había 3.349 enfermeros en paro, lo que supone una tasa de desempleo del 1,09%.
Como ha detallado Guadalupe Fontán, “a lo largo de los años, el número de contratos se ha ido incrementando, pero en cambio el número de personas contratadas es significativamente menor que el número de contratos. Esto se debe a que, a una misma persona a lo largo del año, se le realizan muchos contratos de corta duración. Además, aunque han crecido los contratos indefinidos, se mantiene el porcentaje de jornadas parciales”.
“A ello se suma -añade Fontán- que el empleo en Enfermería, además de inestable es estacional, las cifras de paro se reducen especialmente en los meses de verano y en algunos picos de invierno, incrementando la precariedad”.
Todas estas cuestiones afectan a las enfermeras en su vida profesional y personal. Como señala el presidente de las 345.000 enfermeras españolas, “las enfermeras que viven enlazando contratos, muchas veces de días e incluso por horas, ven cómo su vida personal se ve afectada y les resulta casi imposible conciliar. Renunciar a un contrato, que a veces se ofrece de un día para otro, supone una penalización que les lleva directamente al último puesto de la bolsa de empleo. ¿Cómo no van a buscar otro lugar, ya sea fuera de su provincia o en otro país?”, se pregunta Pérez Raya.
Buscar mejores condiciones laborales, mejores contratos, de mayor duración, en zonas con mayor número de profesionales o incluso presentarse a una oferta de empleo público en la otra punta del país son la opción para miles de enfermeras. “También lo es para las enfermeras especialistas el hecho de ver reconocida su formación y poder ocupar un puesto como especialista, pues muy pocas comunidades autónomas tienen vinculado el puesto de trabajo a la categoría profesional”, añade Ayuso.
Migración
Para algunas enfermeras, la solución pasa por irse a trabajar a otro país, donde “las condiciones laborales que se ofrecen, no ya sólo de salario o de ayudas para la adaptación al país y la vivienda, sino también de desarrollar su carrera profesional, son mucho mejores que en España”, ha explicado Fontán. Es el caso de países como Noruega, el principal destino ahora mismo de las enfermeras españolas, que pueden ver cómo su sueldo se multiplica por cuatro.
Sólo en 2023, 1.473 enfermeras solicitaron la documentación necesaria para ejercer fuera de nuestras fronteras. Los principales destinos: Noruega (336), Estados Unidos (226), Reino Unido (92), Irlanda (60), Países Bajos (43), Australia (41), Francia (40), Suiza (39), Canadá (22), Bélgica (13), Arabia Saudí (11), Portugal (11).
Como ha subrayado Fontán, “las enfermeras españolas están muy solicitadas en los países más desarrollados del mundo. Nuestra formación y prestigio internacional las hace muy valiosas para cualquier sistema sanitario. Pero ello nos está haciendo perder capital humano muy preparado. Invertimos en formar profesionales altamente cualificados que se acaban yendo a otros países en busca de mejores condiciones, con lo que toda la inversión en formación que se ha realizado se pierde”.
Esta situación de la migración entre países es común en todo el planeta, pues la escasez de enfermeras está a la orden del día, también en Europa. Como ha añadido Diego Ayuso, “a nivel internacional existe una gran preocupación por la escasez de enfermeras, que provoca una gran migración internacional. De hecho, para paliar esta situación, la Comisión Europea el pasado mes de septiembre aprobaba destinar 1,3 millones de euros, englobados en el programa EU4Health, para ayudar a los Estados miembros a retener a los enfermeros en sus sistemas sanitarios y hacer la profesión más atractiva. Todavía no sabemos cómo podemos beneficiarnos en España de esta financiación, pero es bueno que se empiece a hablar de apostar por retener el talento enfermero, y para ello hay que incidir en la estabilidad y el desarrollo profesional”, ha concluido el secretario general del CGE.