El servicio de Psiquiatría del Hospital General Universitario de Valencia (HGUV) ha presentado en el XXVIII Congreso Nacional de Psiquiatría, que se está celebrando en Zaragoza del 6 al 8 de noviembre, los resultados de su intervención con las personas afectadas por la DANA, que tuvo lugar el 29 de octubre de 2024 y que afectó de forma significativa a varias poblaciones del área metropolitana de Valencia.
En la mesa han participado el Dr. Bartolomé Pérez Gálvez, director general de Salud Mental y Adicciones de la Conselleria de Sanidad, que estuvo a cargo de la organización a través de la macrogestión de zona catastrófica; la Dra. María Llanos Conesa Burguet, jefa de Servicio de Psiquiatría del HGUV, que ha explicado la organización de la atención en Salud Mental en el punto 0 en las zonas más afectadas (Paiporta, Picanya, Torrente) y de la creación del Equipo Trauma; y Eva Jordá Carreres, jefa de Sección de Psicología Clínica del HGUV, que ha contado los detalles del protocolo de actuación en la Unidad de Trauma, su gestión y resultados. La sesión ha contado con la moderación del Dr. Luis Miguel Rojo Moreno, catedrático de Psiquiatría de la Universidad de Valencia y Jefe de Servicio de Psiquiatría Infanto-Juvenil del Hospital Universitario La Fe Valencia.
Durante la sesión se ha puesto de manifiesto que la catástrofe provocada por la DANA en poblaciones de la provincia de Valencia ha dado lugar a una demanda asistencial en Salud Mental muy específica, con casos de gravedad significativa y con un incremento cuantitativo de pacientes con Trastornos por Estrés Post Traumático – TEPT. La Conselleria de Sanidad propuso la creación de unidades de trauma multidisciplinares en los tres departamentos de salud afectados y se puso en marcha, en el departamento de Salud del Hospital General Universitario de Valencia, de manera inmediata, un punto de intervención urgente en la zona 0, dirigida a la detección de casos, intervención inmediata y su posterior gestión, si fuera necesario, en una unidad específica de Trauma.
Para el Dr. Pérez Gálvez, nadie que no estuviera allí puede hacerse una idea de lo que ha sido la DANA, la magnitud de la situación vivida y de lo que queda por llegar, a nivel tanto psicológico como en lo que se refiere al futuro económico y social de estas zonas. Por todo ello, ha asegurado, el principal objetivo fue desde el principio que la situación no degenerara en un estrés postraumático, con lo que ello puede suponer de consumo de sustancias, depresión o ideación suicida.
El director general de Salud Mental y Adicciones de la Conselleria de Sanidad ha querido destacar que desde el primer momento todos los jefes de servicio se mostraron dispuestos a trabajar. “Se movilizaron 124 profesionales de manera inmediata, pero, además, manteniendo la asistencia sanitaria diaria”. Casi inmediatamente los equipos se organizaron para acudir a la zona 0.
Para la Dra. Conesa, uno de los recuerdos más vívidos son las colas de voluntarios trayendo agua, comida y botas. “Eso sostuvo mucho a la gente porque fue un punto de consuelo y de apoyo en esos primeros días en los que estaban terriblemente necesitados y solos”. De hecho, al principio había muy poca gente que acudiera a los centros de salud mental habilitados, “porque en lo que estaban centrados era en quitar barro y conseguir comida y botas; estaban centrados en la supervivencia”.
A partir de la cuarta semana, la llegada de personas buscando ayuda empezó a crecer y a partir de la quinta se multiplicó de manera exponencial, con ansiedad, pánico, trastornos adaptativos y primeros trastornos por estrés postraumático.
Perfil sociodemográfico.
En total, los pacientes atendidos hasta la fecha en la Unidad de Trauma son 657 adultos y 128 niños/adolescentes, un trabajo que sigue en la actualidad. Un análisis de una muestra de 296 pacientes adultos y 91 niños, con el objetivo de describir las características sociodemográficas, el tipo de atención recibida y la evolución psicopatológica tras el tratamiento, mostró un predominio femenino, con una media de edad de 46 años, mayoritariamente residentes en los municipios más afectados por la DANA: Paiporta, Picaña y Torrente. La mayoría de los pacientes vivían con su familia propia y presentaban niveles educativos medios o secundarios.
El diagnóstico más frecuente fue el de trastorno de estrés postraumático y el trastorno de estrés agudo.
En las zonas afectadas, la intervención se desarrolló a través de un modelo mixto de terapia individual (psiquiátrica y psicológica) y grupal de corte cognitivo-conductual. Más de la mitad de los participantes recibieron el alta clínica y un porcentaje menor fueron derivados a otros dispositivos de salud mental.
Los resultados pre y post tratamiento muestran mejorías significativas en las escalas psicopatológicas utilizadas, SA-45. Asimismo, se observó una mejora de la disfuncionalidad con EGSR y una reducción de conductas adictivas leves especialmente en alimentación y videojuegos.
“Los datos presentados confirman la eficacia del abordaje psicológico y psiquiátrico coordinado en situaciones de catástrofe natural, subrayando la importancia de disponer de equipos especializados en trauma dentro de las Unidades de Salud Mental”, señala la Jefa de Servicio de Psiquiatría del HGUV.
Para Bartolomé Pérez, las lecciones aprendidas son cuatro: se requiere rapidez en la respuesta, se necesita un mando único “asambleario” para afrontar la emergencia, los protagonismos deben quedar a un lado y hay que pensar solo en lo estrictamente profesional. “Que sirva esto para darse cuenta de que, o incrementamos en todo el país las plantillas de salud mental, o cuando ocurra algo como esto no podemos dar respuesta. La salud mental importa y la única forma de que esto funcione es poniendo dinero encima de la mesa”, ha sentenciado.
