El suelo pélvico sigue siendo una de las partes más desconocidas y menos cuidadas del cuerpo humano. A pesar de su importancia fisiológica en funciones como la continencia urinaria y anal, o en la esfera sexual, su disfunción sigue siendo un tema tabú para muchos pacientes, y conlleva una gran repercusión en la calidad de vida y en la salud emocional de la mujer y del hombre que lo padece.
“Diferentes estudios clínicos realizados en pacientes que van a ser intervenidos quirúrgicamente por cáncer de próstata o por cáncer de recto, sugieren que el tratamiento previo a la intervención, conocido como prehabilitación, podría aportar beneficios significativos”, detalla el Dr. Jesús María Vara Paniagua, de la Unidad de Rehabilitación de Suelo Pélvico de MD Anderson Cancer Center Madrid-Hospiten. Esta prehabilitación que incluye ejercicio aeróbico, ejercicios de resistencia de miembros superiores y ejercicios de suelo pélvico, ha evidenciado mejorar la función física de los pacientes y podría favorecer una mejor recuperación funcional del suelo pélvico en el postoperatorio.
Así mismo, en un estudio clínico sobre cáncer ginecológico (Sacomón C y col. Pre-rehabilitation of the pelvic floor before radiation therapy for cervical cancer: a pilot study. Int Urogynecol J 2020) se ha observado que el tratamiento de prehabilitación previo a la radioterapia pélvica, mejora los resultados funcionales del suelo pélvico después de ésta y es eficaz para disminuir la incidencia de incontinencia urinaria.
Además de los factores genéticos (que determinan la calidad de nuestros tejidos), pueden resultar perjudiciales para el suelo pélvico el aumento de presión sobre éste, asociado a deportes de impacto y esfuerzos laborales, el estreñimiento, la obesidad, la tos repetida y la cirugía uro-ginecológica y proctológica. En la mujer, además, son determinantes el embarazo, el tipo de parto y la menopausia.
Para el tratamiento y la prevención de las disfunciones del suelo pélvico se han desarrollado programas de rehabilitación. Los cuales incluyen diferentes técnicas de tratamiento (manuales e instrumentales), estructuradas y supervisadas por un profesional.
La rehabilitación de suelo pélvico más común está relacionada con el tratamiento de la incontinencia urinaria, dado que es la disfunción más frecuente. Sin embargo, existe un amplio abanico de diagnósticos en los que aporta beneficios como en la incontinencia anal, el dolor pélvico crónico o en el acondicionamiento tras determinadas cirugías de suelo pélvico, como tras la corrección de prolapsos, desgarros de esfínter anal, o en cirugía oncológica (de próstata o recto) entre otras.
En general, sabemos que la prevalencia de las disfunciones del suelo pélvico en la población general es elevada; la incontinencia urinaria podría afectar al 20-25% de la población, y la incontinencia anal al 8-9% y hasta el 15% en mayores de 70 años que viven en la comunidad. Estas cifras podrían estar infraestimadas, porque todavía son consideradas como un tema tabú para un amplio porcentaje de la sociedad, especialmente en la incontinencia anal por el sentimiento de vergüenza que sufre el paciente que con frecuencia limita la búsqueda de ayuda médica.
Sin embargo, las mujeres, especialmente las que han tenido hijos, destacan como los pacientes que tienen más normalizada esta patología y acuden con más frecuencia a las consultas de rehabilitación.
La Unidad de Rehabilitación de Suelo Pélvico, un servicio beneficioso para la recuperación
El proceso de evaluación del paciente comienza con el conocimiento de su historial médico. La Unidad de Rehabilitación de Suelo Pélvico de MD Anderson Cancer Center Madrid – Hospiten lleva a cabo un protocolo donde se analiza primero el motivo y los antecedentes del paciente y, posteriormente, se realiza una evaluación clínica detallada que se puede complementar con diferentes pruebas diagnósticas. El objetivo siempre es mejorar la calidad de vida del paciente. “Hasta un 70-75% de los pacientes con incontinencia urinaria o incontinencia anal podrían mejorar su situación clínica y por tanto, su calidad de vida, con los programas de rehabilitación de suelo pélvico”, sostiene el Dr. Jesús María Vara Paniagua.
La duración del tratamiento de rehabilitación presencial varía según el caso. En los programas preventivos, los pacientes tienen un periodo de rehabilitación de ciclo corto, que conlleva una duración de aproximadamente 6 semanas, realizando una sesión semanal. Por otro lado, los programas terapéuticos, de mayor duración, el paciente puede acudir de una a dos sesiones por semana, durante 10 semanas de rehabilitación aproximadamente según los casos.
Cómo se maneja el aspecto psicológico
Abordar el tratamiento de rehabilitación de suelo pélvico desde la psicología es complejo, puesto que son varios los aspectos que influyen. En primer lugar, el proceso de aceptación que deben atravesar los propios pacientes sobre su diagnóstico y, posteriormente, el paso que dan para solicitar ayuda y acudir a consulta, a veces siendo derivados por otras especialidades. En tercer lugar, es importante tener en cuenta el momento de la exploración; este aspecto es algo más complejo en hombres, pues hasta determinadas edades, por encima de los 50, normalmente no han acudido a especialidades como urología. En el caso de las mujeres, ellas están más acostumbradas a las revisiones ginecológicas.
Cuadros clínicos en diagnósticos oncológicos que se benefician de la Unidad de Rehabilitación de Suelo Pélvico
Dependiendo del tipo de cáncer y del tratamiento recibido, la disfunción del suelo pélvico va a variar, pero en general pueden afectar de forma significativa a la calidad de vida del paciente.
Los pacientes tratados de cáncer de recto pueden presentar principalmente dos cuadros clínicos: uno definido por la incontinencia anal, y otro más complejo que puede combinar incontinencia anal, urgencia para defecar y aumento importante en el número de deposiciones (hasta 10-15 por día) que se puede combinar con dificultad para defecar, conocido como síndrome de resección anterior baja o LARS.
En los pacientes tratados de cáncer de próstata, las secuelas clínicas más frecuentes son la incontinencia urinaria y la disfunción sexual.
Por otro lado, la paciente con cáncer ginecológico tratado, que incluye principalmente el de cérvix, endometrio, ovario, vagina y vulva, puede presentar secuelas clínicas asociadas a la cirugía, así como a la radioterapia y quimioterapia. Estas pacientes suelen presentar una gran aceptación y adherencia al tratamiento de rehabilitación, tanto por la disfunción del suelo pélvico (incontinencia urinaria, incontinencia anal, o dolor pélvico) como por la disfunción sexual que pueden manifestar, con gran repercusión emocional y en su calidad de vida.
La efectividad del entrenamiento del suelo pélvico
Los ejercicios de suelo pélvico más utilizados en los programas de tratamiento son los ejercicios de Kegel, junto con los ejercicios hipopresivos, que son una forma de ejercicios de presión abdominal negativa. Es importante que estos ejercicios sean aprendidos y supervisados por un profesional, para evitar generar el efecto contrario y negativo para el suelo pélvico.
Sin duda, el cuidado del suelo pélvico, especialmente en la mujer, debería ser preventivo. Uno de los momentos más importante podría ser desde el embarazo, siempre que este controlado y no complicado, mediante un programa estructurado y supervisado de rehabilitación.
En definitiva, contar con una Unidad de Rehabilitación de Suelo Pélvico es fundamental debido a la creciente importancia de la salud pélvica en la calidad de vida de las personas. Además, al proporcionar una atención especializada, se facilita una recuperación más rápida y efectiva, lo que permite a los pacientes retomar sus actividades cotidianas con mayor rapidez, comodidad y confianza.