La importancia de la fotoprotección a lo largo de todo el año ha sido uno de los temas abordados en la XIX Reunión Nacional de Residentes de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV), celebrada los días 24 y 25 de octubre en Barcelona. Los laboratorios Pierre Fabre han estado presentes en esta cita, reafirmando su compromiso con la formación y el acompañamiento de los residentes de dermatología. En este contexto, se destacó la necesidad de incorporar la fotoprotección como un hábito cotidiano, especialmente en personas con enfermedades cutáneas o en tratamiento con fármacos fotosensibilizantes.
Durante el encuentro se organizó la mesa de controversia Manejo de la fotoprotección en situaciones especiales: queratosis actínica, paciente oncológico y fotosensibilidaduna, con el apoyo de Pierre Fabre y la participación de ponentes locales expertos, para abordar el manejo de la fotoprotección en situaciones especiales —como queratosis actínica, pacientes oncológicos y fotosensibilidad—, donde se destacó que la existencia de múltiples opciones y mensajes a veces contradictorios puede generar dudas sobre cómo fotoprotegerse a diario.
En esta mesa el Dr. Francisco José Navarro, dermatólogo en la Consulta de Inmunoalergia Cutánea del Hospital Universitario San Cecilio de Granada, ha puesto de manifiesto quealgunas personas desconfían de ciertos filtros por su impacto ambiental o por posibles reacciones en la piel, mientras que otros dudan sobre si realmente es necesario protegerse cada día. Además, influyen los diferentes criterios entre países y laboratorios sobre cómo se mide la eficacia. “Lo importante es recordar que la fotoprotección es segura, eficaz y esencial para cuidar la piel, especialmente en personas con enfermedades cutáneas o tratamientos fotosensibilizantes”, ha añadido.
Por su parte, el Dr. Aram Boada, dermatólogo en el Hospital Germans Trias i Pujol de Badalona, ha insistido en que, “en pacientes con queratosis actínica, oncológicos y con cuadros de fotosensibilidad, no se trata solo de una medida preventiva, sino de una auténtica herramienta terapéutica”. Así, este especialista explica que su uso adecuado ayuda a evitar la aparición de nuevas lesiones en el caso de la queratosis actínica, y minimiza el riesgo de aparición de cuadros de fotosensibilidad e hiperpigmentaciones en los pacientes que reciben tratamientos contra el cáncer.
La fotoprotección debe integrarse en el seguimiento de estos pacientes
A pesar de que la fotoprotección está cada vez más presente en la práctica clínica, aún no está plenamente integrada en el seguimiento de estos pacientes, según ha detallado el Dr. Boada. En muchos casos se sigue percibiendo como una recomendación complementaria, cuando en realidad forma parte del core del tratamiento. Tal y como ha señalado, es fundamental incorporar pautas de fotoprotección personalizadas y revisarlas de manera periódica, al igual que se hace con la medicación o el control de otras variables clínicas.
Otra barrera es que el protector solar suele asociarse al verano, cuando el sol está presente los 365 días del año, incluso en días nublados o cuando estamos en interiores con luz artificial, ha recordado el Dr. Navarro. Este especialista ha indicado que en personas con la piel sensible o con ciertas enfermedades, esta radiación puede empeorar los síntomas o causar manchas y envejecimiento prematuro, de ahí la importancia de usar fotoprotector cada mañana. “Debe ser un hábito diario, como cepillarse los dientes”, ha añadido.
La importancia de elegir un fotoprotector adaptado al tipo de piel
Según el Dr. Francisco José Navarro, “no todos los protectores sirven para todas las pieles”. En este sentido, ha explicado que, en personas con enfermedades de la piel, tratamientos que aumentan la sensibilidad al sol o pieles especialmente delicadas, es importante elegir un producto adaptado. Lo ideal, según este especialista, es un fotoprotector con SPF 50 o más, que proteja frente a todas las radiaciones (UVB, UVA, luz visible e infrarrojos). Además, en pieles sensibles o con tendencia a irritarse, se prefieren filtros minerales y fórmulas sin perfume ni alcohol. En algunos casos, los dermatólogos recomiendan además productos con antioxidantes, que ayudan a reparar el daño solar. “El daño solar es acumulativo y se produce durante todo el año”, ha añadido el Dr. Boada, quien ha destacado la importancia de que los profesionales insistan de forma coherente en la consulta y promuevan el uso de productos adaptados a cada tipo de piel y estilo de vida, que favorezcan la constancia y la adherencia a largo plazo.

 
                         
                         
                         
                         
                         
                         
				
			 
				
			 
				
			 
				
			