La industria farmacéutica genera más de 27.000 millones de euros de valor añadido en España, casi el 2% del PIB del país

La industria farmacéutica contribuye a tres de los principales retos que afronta España: mejorar la salud de la población, garantizar la sostenibilidad de las cuentas públicas y reforzar la competitividad y el crecimiento de la economía. Así lo pone de manifiesto el informe Contribución socioeconómica de los medicamentos y de la industria farmacéutica en España, realizado por la consultora Afi (Analistas Financieros Internacionales) y que ha evaluado por primera vez el impacto de las compañías farmacéuticas en nuestro país desde un doble enfoque: el valor socioeconómico que aportan los medicamentos y aquel propiciado por la investigación y la fabricación en España de estos productos.

La principal conclusión del informe, que se ha presentado este miércoles en Madrid, “es la consideración de los medicamentos no como una partida de gasto público, sino como una estrategia de inversión, que a corto plazo tiene como objetivo reforzar la salud de la población, pero que a medio y largo plazo contribuyen a la sostenibilidad del estado del bienestar”, como ha apuntado Diego Vizcaíno, socio director del Área de Economía Aplicada de Afi. De hecho, el estudio de Afi llega a la conclusión de que los cerca de 22.000 millones de euros de inversión pública en medicamentos en 2022 (tanto en farmacia comunitaria como en hospitales) propiciaron un ahorro de cerca de 14.200 millones de euros en otras partidas presupuestarias.

En el apartado sobre la contribución de la industria farmacéutica a la economía española, el informe estima que el sector farmacéutico contribuyó a generar más de 27.200 millones de euros de valor añadido en 2023, tanto de forma directa como indirecta e inducida, el equivalente al 1,9% del PIB nacional. Estos nuevos datos ponen de manifiesto el notable efecto multiplicador del sector sobre otras actividades económicas. Así, el informe destaca que cada euro de valor añadido generado en la industria farmacéutica propicia la generación de 1,5 euros adicionales por parte de otras empresas y, por otro lado, que cada euro adicional de inversión pública en medicamentos contribuye a la generación adicional de casi 4 euros (3,9) de valor añadido en la economía del país.

La presidenta de Farmaindustria y directora general de Amgen en España, Fina Lladós Canela, ha destacado cómo estos datos ponen de manifiesto que la industria farmacéutica “es esencial para la salud de la población, pero también un pilar estratégico para la economía de nuestro país”. “Esto es algo que no solo decimos nosotros, sino que lo reconoce también la Estrategia de la Industria Farmacéutica, aprobada recientemente por el Gobierno y en cuyo desarrollo estamos colaborando desde Farmaindustria”, ha añadido.

El informe de Afi destaca que esta generación de valor del sector está respaldada por el trabajo de miles de personas empleadas en las empresas de fabricación de medicamentos en España. Así, en 2023, el sector dio empleo a más de 60.600 personas (afiliados a la Seguridad Social). Pero además de su impacto directo, la industria farmacéutica contribuyó al mantenimiento de 107.300 empleos de manera indirecta y 79.600 de manera inducida. De este modo, se estima que la industria farmacéutica contribuyó a la generación y al mantenimiento de más de 242.000 empleos en España, el equivalente al 1,2% del total de ocupados en el mercado laboral. De nuevo, los datos apuntan a la existencia de un importante efecto multiplicador en el empleo: cada puesto de trabajo en una empresa farmacéutica propicia la creación de 3,4 empleos en el resto de los sectores de la economía.

El informe señala que, en conjunto, España es el cuarto país de la UE con más empleo industrial, pero un análisis más profundo a nivel regional desvela una mayor relevancia de nuestro país dentro del ecosistema industrial europeo. Los datos señalan que Cataluña es la segunda región europea con más trabajadores en la industria farmacéutica, con cifras similares a las de la italiana Lombardía (región líder). Además, la Comunidad de Madrid es la octava región europea con más empleo en el sector farmacéutico, por lo que España consigue colocar a dos regiones en el top diez, algo que solo sucede enal igual que Alemania (Darmstadt, Tubingen) y Francia (Rhône-Alpes, Île de France).

Más allá de su impacto cuantitativo sobre el mantenimiento de miles de puestos trabajo y sobre la generación de miles de millones de euros de valor añadido, las compañías farmacéuticas que operan en España también contribuyen a la competitividad de la industria española. Según el informe, los últimos datos de Contabilidad Nacional apuntan a que el sector farmacéutico es la segunda actividad más productiva de todo el sector manufacturero, solo por detrás de la industria petrolera. En concreto, cada trabajador industrial farmacéutico genera un valor añadido de 94 euros por hora trabajada (equivalente a 175.000 euros al año), más del doble que el trabajador industrial promedio.

En este contexto, los datos reflejan la gran relevancia de la industria farmacéutica dentro de las capacidades de producción españolas de bienes de alta tecnología. El análisis de Afi destaca que hasta seis de cada diez euros de valor añadido generado en España de bienes de alta tecnología fueron medicamentos, tres veces más que los bienes electrónicos o aeroespaciales. Estas cifras colocan a España como uno de los países más dependientes del sector farmacéutico en su oferta industrial de alta tecnología: 60% de cuota frente al 44% en promedio europeo.

Un elevado efecto compensación de los medicamentos

En el apartado sobre el valor socioeconómico que aportan los medicamentos a través de sus beneficios sanitarios, el informe destaca el llamado efecto compensación de los medicamentos. Es decir, cómo la inversión en medicamentos tiene el potencial de reducir de manera indirecta el gasto en otras partidas presupuestarias, gracias a la prevención, el tratamiento y la cura de un gran número de enfermedades, mejorando el estado de salud de la población y reduciendo la presión asistencial. Así, por ejemplo, las estimaciones de Afi apuntan a que un aumento de un euro en la inversión pública per cápita en medicamentos incrementaría la esperanza de vida con buena salud a los 65 años en 5,3 días.

El estudio también pone el foco en el ahorro en bajas por enfermedad gracias los medicamentos, un aspecto muy relevante en nuestro país —apunta el estudio— donde el número de bajas por enfermedad se ha duplicado entre 2014 y 2022, con un gasto anual que ya supera los 8.300 millones de euros solo para la administración pública. El estudio señala que un incremento de un euro en el gasto público per cápita en medicamentos está asociado a una reducción de 18.000 bajas por enfermedad cada año en España.

Además, el estudio incide en cómo los medicamentos permiten a las personas trabajar durante más tiempo (bien alargando su vida laboral o bien enfermando menos). Los analistas de Afi han estimado que cada euro de inversión pública en medicamentos en farmacia comunitaria contribuye a aumentar en 10,75 minutos el tiempo de trabajo efectivo al año.

“Todos estos datos que por primera vez se han medido en nuestro país, muestran a las claras cómo el medicamento es una inversión con un enorme retorno social y económico”, ha apuntado el director general de Farmaindustria, Juan Yermo. “En un momento decisivo para el sector, con el despliegue de la Estrategia Farmacéutica Europea y la reciente publicación del Informe Draghi, nuestra intención es seguir trabajando con el Gobierno en el desarrollo de esta Estrategia de la Industria Farmacéutica con el propósito común de que se traduzca en una mejora real de la salud y el bienestar de las personas, y de la economía de nuestro país”, ha añadido.

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