Los biomarcadores han supuesto un punto de inflexión en el abordaje de los tumores sólidos. Son sustancias que pueden detectarse en sangre, fluidos, tejidos o células y que son capaces de reflejar la presencia, pronóstico o evolución de una enfermedad. Su identificación resulta esencial porque las alteraciones genéticas y genómicas que revelan pueden orientar la elección del tratamiento más eficaz, dirigido hacia a ese tipo de cáncer en concreto.
De hecho, el desarrollo de la investigación en biomarcadores es un campo estratégico, ya que siete de cada diez personas con cáncer necesitarán una prueba de biomarcadores para acceder a una terapia oncológica adaptada a las características moleculares de su tumor1. Sin embargo, el valor de estos va más allá de la elección terapéutica, abarcando la dimensión del derecho del paciente y la necesidad de una implementación homogénea en la atención pública del cáncer a nivel nacional.
En este contexto, Roche organizó una jornada centrada en el valor presente y futuro de los biomarcadores en oncología, celebrada en un ambiente colaborativo y de intercambio de conocimientos en las oficinas de Roche Diagnostics Sant Cugat del Vallès, Barcelona. El evento reunió a representantes de diversas asociaciones de pacientes, incluyendo a la Plataforma Española de Asociaciones de Pacientes (POP), el Grupo Español de Pacientes con Cáncer (GEPAC), la Federación Española de Cáncer de Mama (FECMA), la Asociación Española de Cáncer de Mama Metastásico (AECMM), la Asociación Española de Afectados de Cáncer de Pulmón (AEACaP), la Asociación de Cáncer de Mama y Ovario Hereditario (AMOH) o la Federación Española de Enfermos y Trasplantados Hepáticos (FNETH) para actualizar y compartir información clave sobre el papel de los biomarcadores en oncología.
La jornada, estructurada en torno a tres ejes fundamentales, permitió actualizar y compartir información clave sobre el papel de los biomarcadores: el valor diagnóstico y terapéutico de estos en oncología; la incorporación de los biomarcadores en la práctica clínica y en la atención pública del cáncer; y la visibilización del “viaje de la muestra”, que permitió enseñar a los participantes el proceso completo de gestión, diagnóstico y análisis de las muestras de biomarcadores, desde la toma de la misma en el hospital.
El papel de los biomarcadores en oncología
Durante la jornada, expertos presentaron los últimos avances en el diagnóstico de biomarcadores, analizando su valor tanto diagnóstico, pronóstico y terapéutico. La doctora Lara Pijuan, jefa de Servicio de Anatomía Patológica del Hospital de la Santa Creu i Sant Pau de Barcelona, abordó los desafíos y los avances en la aplicación de biomarcadores en oncología, destacando su papel fundamental para personalizar tratamientos y mejorar los resultados en salud.
“En la medicina actual, los biomarcadores desempeñan un papel esencial porque permiten detectar el cáncer, clasificarlo, evaluar su pronóstico y cuantificar procesos biológicos y patologías. En hospitales de referencia como el nuestro, contar con este tipo de pruebas resulta determinante para lograr un diagnóstico precoz, decidir el mejor tratamiento, monitorizar la evolución de las enfermedades y valorar la respuesta a terapias. En definitiva, son una herramienta clave para optimizar la atención médica y favorecer el desarrollo de terapias más eficaces”, afirmó la doctora Pijuan.
Retos para su integración en el sistema público
Una de las sesiones clave fue la que exploró cómo los biomarcadores se incorporan al sistema público de salud. El doctor Ignacio Blanco, coordinador del Programa de Asesoramiento y Genética Clínica del Hospital Germans Trias de Badalona, explicó los pasos necesarios para integrar estos avances en la atención sanitaria, asegurando que el uso de biomarcadores sea accesible para todos los pacientes y esté alineado con las políticas públicas de salud.
“Los biomarcadores se han consolidado como una solución coste-eficiente a largo plazo en su aplicación. En este contexto, es crucial alcanzar acuerdos para establecer modelos de financiación, realizar evaluaciones periódicas de resultados, y determinar el coste, la efectividad y la seguridad de los nuevos marcadores. Además, debemos seguir invirtiendo en investigación”, destacó el experto, quien añadió que “es esencial asegurar el acceso de los pacientes a los biomarcadores, ya que, si no resolvemos este aspecto, la brecha entre los avances científicos, su impacto y su implementación clínica continuará ampliándose. Debemos promover su conocimiento por parte de la sociedad y la equidad en beneficio del paciente”.
Finalmente, los participantes tuvieron la oportunidad de conocer de cerca cómo se gestionan y procesan las muestras de biomarcadores en las instalaciones de Roche Diagnostics, durante una visita guiada que mostró el proceso completo, desde la toma de la muestra hasta el diagnóstico, análisis y la elaboración del informe final.
Un espacio para el diálogo y la reflexión entre profesionales sanitarios y pacientes
El evento, que fue un punto de encuentro para asociaciones de pacientes, expertos y representantes del sector sanitario, facilitó un espacio abierto al diálogo y a la reflexión sobre los retos actuales y las perspectivas futuras de los biomarcadores en el cáncer. Durante la jornada, se resolvieron dudas, se compartieron experiencias y se discutieron las mejores prácticas para asegurar que los biomarcadores lleguen a los pacientes de manera efectiva y eficiente.
“Resulta innegable la necesidad de seguir avanzando en la investigación de los biomarcadores y en la colaboración entre todos los actores implicados en el tratamiento del cáncer. En este sentido, en Roche reafirmamos nuestro compromiso con la innovación y la mejora continua en el abordaje del cáncer, destacando la relevancia de seguir impulsando el conocimiento y la cooperación en este campo”, indicó Federico Plaza, director de Relaciones Corporativas y Asuntos Públicos de Roche Farma España.
Asimismo, Patricia Doliwa, responsable del Área de Patología y Molecular de Roche Diagnostics España, señaló que “es importante promover un lenguaje común y entendible para hacer accesible el valor diagnóstico y terapéutico de los biomarcadores. Solo a través de esta educación sanitaria podemos potenciar la capacidad del paciente para participar activamente en las decisiones sobre su cuidado”.
