La industria farmacéutica acelera en sostenibilidad: innovación más eficiente, menos huella ambiental y más transparencia

Los criterios ambientales, sociales y de buen gobierno (ESG) se han consolidado como referencia internacional para medir cómo una empresa genera valor a largo plazo más allá de sus resultados financieros. En la industria farmacéutica, su relevancia es doble: por el impacto ambiental de sus operaciones y por su papel esencial en la salud pública, la innovación y la confianza social.

Además, el sector farmacéutico vive un momento trascendental. A su tradicional marco regulatorio sobre calidad, seguridad y eficacia de los medicamentos se suman nuevas obligaciones en materia de sostenibilidad. Normativas europeas como la Directiva de diligencia debida en materia de sostenibilidad (Csddd) y la Directiva sobre información corporativa en materia de sostenibilidad (CSRD) obligan a las compañías a identificar y mitigar impactos ambientales y sociales en toda su cadena de valor, además de comunicar sus avances con transparencia y bajo estándares estrictos.

En este contexto, las compañías farmacéuticas asentadas en España están innovando de manera más eficiente, reduciendo la huella ambiental de la producción, reforzando la transparencia y fomentando relaciones más sólidas y equitativas con pacientes, profesionales sanitarios, administraciones públicas y el conjunto de la sociedad. Así lo refleja el informe Sostenibilidad en cifras: impacto social y ambiental de la industria farmacéutica 2025, que se presentó ayer en Madrid, en un acto clausurado por Héctor Tejero, director del Observatorio de Salud y Cambio Climático del Ministerio de Sanidad, y Juan Yermo, director general de Farmaindustria.

“La sostenibilidad ya no es una promesa de futuro, sino una realidad tangible en nuestro sector. Este segundo informe de sostenibilidad lo pone de manifiesto con datos y hechos. La industria farmacéutica en España ha dado un paso firme para integrar los criterios ESG en su manera de trabajar. Y los resultados son muy alentadores”, aseveró Yermo.

Este informe recoge los resultados de la primera encuesta sobre el desempeño medioambiental de las compañías farmacéuticas asentadas en España, que ha realizado Farmaindustria y que ha contado con las respuestas de 55 laboratorios que representan el 60% del mercado en nuestro país. Entre las conclusiones de esta encuesta —que presentó la directora del Departamento Jurídico y coordinadora del área de ESG en Farmaindustria, Ana Bosch—, destacan que el 82% de las compañías cuentan con estrategias de economía circular; el 62% calculan, directa o indirectamente, su huella de carbono; que el 57% tienen objetivos de reducción de emisiones basados en la ciencia, y que más del 50% emplean materiales reciclables o certificados FSC (gestión forestal).

“Esta encuesta ofrece una visión detallada del grado de madurez ambiental del sector. Los resultados permiten identificar los avances alcanzados en áreas como la descarbonización, la economía circular o la gestión del agua, y los desafíos que aún persisten para consolidar una transición ecológica efectiva y duradera”, explicó Bosch. Entre los distintos ámbitos evaluados, la economía circular se perfila como uno de los terrenos donde el compromiso empresarial resulta más evidente.

“Los principales retos del futuro inmediato son la reducción de emisiones de alcance 3, el avance en economía circular y química verde, la gestión eficiente de agua y residuos y la asequibilidad de los tratamientos. Todo ello en un contexto donde las compañías deben continuar su labor en I+D, responder a crisis sanitarias globales y mantener la competitividad en un mercado internacional cada vez más exigente. Estos desafíos representan también una oportunidad para liderar la transición hacia un modelo más sostenible, aprovechando la digitalización, la inteligencia artificial y las colaboraciones sectoriales que refuerzan su resiliencia y su capacidad para generar confianza”, completó el director general de Farmaindustria.

El compromiso social de la industria farmacéutica

La otra gran novedad de este segundo informe sectorial —el primero se presentó hace ahora un año— es la inclusión de los resultados del estudio sobre compromiso social de las compañías farmacéuticas en España, realizado por la Fundación SERES y McKinsey. Como recordó Álvaro Carpintero, codirector de Operaciones de Life Sciences en Europa de McKinsey & Company, “la misión principal de esta industria es mejorar la vida de las personas a través de la innovación biofarmacéutica, pero su contribución va mucho más allá del ámbito sanitario”.

En España, las compañías farmacéuticas sustentan más de 270.000 empleos —de los cuales más de 56.000 son directos—, lo que refleja su papel como uno de los sectores con mayor capacidad de generación de empleo cualificado y estable. También destacan por su compromiso con la igualdad: el 56% de la plantilla son mujeres, que ocupan más del 45% de los puestos directivos. La conciliación laboral y la corresponsabilidad también son áreas en las que el sector es un referente, a lo que se suma que se posiciona como líder nacional en estabilidad y cualificación laboral, gracias a su apuesta por la formación continua, la diversidad generacional y la

atracción de talento científico y técnico. De hecho, la industria farmacéutica es pionera en implementar políticas de empleo de calidad y ofrecer oportunidades laborales estables, cualificadas y con salarios dignos, como recoge el informe.

En su apoyo al ecosistema investigador español, el sector va a cerrar 2025 con una inversión superior a 1.500 millones de euros. Esta inversión no solo impulsa la innovación, sino que amplía el acceso a ensayos clínicos y tratamientos pioneros en España. Solo en 2024 se autorizaron más de 930 ensayos clínicos y más de 170.000 pacientes participaron en algún estudio en marcha, un dato que refleja la magnitud del impacto científico y social de la industria.

La innovación del sector tiene también una dimensión territorial. Con más de 180 centros productivos distribuidos por todo el país, la industria farmacéutica refuerza su compromiso con el desarrollo económico local y contribuye a la cohesión y equilibrio regional, con presencia en trece de las 17 comunidades autónomas.

Según Fernando Ruiz, presidente de la Fundación SERES, “los próximos años serán extremadamente relevantes, para gestionar empresas bajo estrategias que ponen el foco en los factores ESG, sobre todo, si hablamos de impacto social. Medirlo y comunicarlo será fundamental. Para continuar aportando valor a las empresas SERES, hemos creado el Mapa SERES de Huella Social, una metodología de medición del impacto social que permite cuantificar el impacto de la actividad económica de una empresa en sus clientes, en sus empleados, sus proveedores y las comunidades en las que opera, facilitando la comparabilidad con visión sectorial. Un proyecto en el que estamos involucrando a la industria farmacéutica, uno de los más importantes en la economía española. Miramos al futuro con la certeza de que el valor social seguirá siendo la clave para alcanzar la excelencia empresarial”.

Finalmente, en materia de buen gobierno, el informe subraya que la gobernanza en la industria farmacéutica se ha fortalecido con nuevas iniciativas adaptadas a los retos actuales, como el Código de Conducta regulador del tratamiento de datos personales en ensayos clínicos y farmacovigilancia, aprobado en 2022 por la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD), que convirtió al sector en el primero de Europa con un código sectorial aprobado bajo el Reglamento General de Protección de Datos (RGPD). Este Código ya cuenta con 30 entidades adheridas, en su mayoría compañías farmacéuticas que representan más del 80% de los ensayos clínicos que se desarrollan en España.

Por otra parte, las alianzas estratégicas con entidades sociales y medioambientales, como la Fundación ”la Caixa”, el Grupo Social ONCE o SIGRE, refuerzan la conexión del sector con la sociedad y consolidan un modelo de buen gobierno responsable basado en la corresponsabilidad y el valor compartido. Estas colaboraciones fortalecen la legitimidad, la transparencia y la confianza pública, pilares esenciales para una industria farmacéutica comprometida con el valor social y la sostenibilidad.

“La industria farmacéutica innovadora ha demostrado que una gobernanza sólida, basada en la autorregulación, la ética y las alianzas estratégicas, es la base para mantener la legitimidad y la confianza social. El reto ahora es consolidar este liderazgo ético en un entorno cada vez más exigente, donde la sostenibilidad, la transparencia y la rendición de cuentas se convierten en los ejes que definirán el futuro del sector”, recordó Bosch.

En la jornada de presentación del informe también participaron Guillermo de Juan, vicepresidente y director de Relaciones Institucionales y Comunicación de GSK; Teresa Millán, directora de Asuntos Corporativos de Lilly España, y Tomás Olleros, presidente del Grupo Farmasierra, que pudieron explicar, con ejemplos reales, cómo se materializan las conclusiones alcanzadas en el documento, así como los principales desafíos a los que se enfrentan.

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