Retomar la rutina con visión renovada

Con la llegada de septiembre, muchas familias se preparan para retomar sus rutinas diarias vinculadas al colegio y al trabajo. Pero hay algo que muchas veces se nos escapa: revisar la vista. Tanto en niños como en adultos, una buena salud ocular es fundamental para afrontar el nuevo curso. Desde Miranza, grupo de oftalmología líder con casi 40 centros en España, los expertos en oftalmología recuerdan que la prevención y el diagnóstico precoz son claves para preservar la visión.

Detectar a tiempo mejora el rendimiento

El rendimiento escolar no solo depende del esfuerzo, también de ver bien. Por ello, los expertos recomiendan que todos los niños a partir de los 3 años se sometan a revisiones oftalmológicas completas de forma anual, especialmente con la vuelta a las aulas. Esto permite identificar y tratar precozmente alteraciones visuales que, si no se abordan a tiempo, pueden condicionar su desarrollo visual de forma irreversible.

Entre los problemas visuales más comunes durante la infancia destacan los defectos refractivos, como la miopía, la hipermetropía o el astigmatismo, que afectan actualmente al 20 % de los niños y la ambliopía u «ojo vago», una condición que provoca baja visión en uno de los ojos debido a múltiples causas como el estrabismo, defectos refractivos no corregidos, cataratas, etc.

Estas alteraciones visuales, si no se diagnostican y tratan a tiempo, pueden derivar en dificultades de aprendizaje, fatiga visual, dolores de cabeza o bajo rendimiento escolar.

Miopía en aumento

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), se prevé que la mitad de la población mundial será miope en 2050. Este problema de visión no tiene cura, pero sí tratamientos eficaces que pueden ralentizar su avance. El más utilizado en la actualidad es el colirio de atropina en bajas concentraciones, que se aplica por la noche durante largos periodos de tiempo y permite controlar el crecimiento acelerado del globo ocular, causa principal del problema.

También existen otras opciones como lentes oftálmicas especiales (DIMS – Defocus Incorporated Multiple Segments y HAL – Highly Aspherical Lenslets) o lentes de contacto multifocales. Estas soluciones no solo corrigen la visión, sino que también ayudan a controlar el crecimiento del ojo, que es lo que hace que la miopía aumente con el tiempo. Son tratamientos cómodos y seguros, adaptados para su uso en la infancia bajo la supervisión del oftalmólogo.

La Dra. Ana Wert, especialista en oftalmología pediátrica señala que entre los factores que pueden contribuir al desarrollo o el empeoramiento de la miopía destacan una menor exposición a la luz natural y la realización de cada vez más actividades relacionadas con dispositivos digitales o el abuso prolongado de la visión de cerca. Igualmente, la genética es otro factor de riesgo que preocupa a muchas familias cuando hay, al menos, un padre miope.

Asimismo, la experta recomienda prestar atención a las señales que pueden indicar un problema de visión en los niños:

  • Se acerca demasiado a libros, pantallas o la televisión.
  • Le cuesta mantener la atención, especialmente durante las clases.
  • Parpadea con frecuencia o se frota los ojos de forma habitual.
  • Evita juegos al aire libre o actividades que requieren ver de lejos.
  • Se queja a menudo de dolores de cabeza o muestra signos de fatiga visual.

La salud ocular no es solo cosa de niños

En adultos, también es fundamental realizar revisiones periódicas, especialmente si existen factores de riesgo como antecedentes familiares, uso intensivo de pantallas, hipertensión, diabetes o exposición prolongada al sol. Además, después del verano, muchas personas notan molestias oculares relacionadas con la sequedad, irritación o incluso alteraciones en la piel del contorno ocular provocadas por el sol, el cloro o la sal del mar.

Según los especialistas de Miranza, las afecciones oculares más comunes en esta época son las molestias por la introducción de cuerpos extraños en los ojos, por el efecto de la luz ultravioleta del sol y por la acción del cloro, que puede causar conjuntivitis, una inflamación de la conjuntiva o membrana mucosa transparente que recubre el globo ocular. Entre sus síntomas se encuentran ojos pegajosos, el enrojecimiento ocular, sensación arenosa en uno o ambos ojos, sensibilidad a la luz, lagrimeo o secreción ocular. 

Además, hay enfermedades oculares graves como el glaucoma, que no presentan síntomas evidentes en sus primeras fases. La visita al oftalmólogo debe formar parte de los chequeos médicos habituales, sobre todo en personas con factores de riesgo como la hipertensión ocular, diabetes, miopía, antecedentes familiares de enfermedades oculares, con la finalidad de realizar un diagnóstico precoz y evitar pérdidas de visión irreversibles.

Estética de la mirada

El sol, el cloro y la sal también dejan huella en la piel, especialmente en zonas delicadas como el contorno de ojos y el rostro. Por eso, la vuelta a la rutina también puede ser un buen momento para cuidar la salud visual y estética de esta zona tan delicada.

Desde Miranza, con departamentos especializados en oculoplastia y estética de la mirada, recomiendan algunas opciones para mejorar el aspecto de la mirada tras el verano:

  • Terapia de inducción de colágeno. Estas sustancias se inyectan en el rostro para activar la producción natural de colágeno con el objetivo de combatir la flacidez facial y conseguir una piel más firme.
  • Neuromoduladores. Son proteínas que paralizan o disminuyen la función de un músculo, con el propósito de prevenir la formación de arrugas y suavizar las ya existentes, hasta ser casi inapreciables.
  • Luz Pulsada intensa (IPL). Consiste en la emisión controlada de pulsos de luz de alta intensidad, que se convierten en calor para tratar una determinada zona sin dañar las estructuras cercanas.
  • Láser CO2. El tratamiento indicado para eliminar pequeñas manchas solares y rejuvenecer la piel, actúa “vaporizando” las capas superficiales de la misma, mientras crea columnas térmicas en las capas más profundas, lo que favorece la posterior formación de colágeno. 

La mayoría de estos procedimientos se realizan en consulta, permitiendo retomar las actividades diarias de inmediato.

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