Las terapias ocupacionales y la fisioterapia, complementarias a los tratamientos farmacológicos han demostrado ser un recurso valioso en el manejo y mejora de la calidad de vida de los pacientes con Parkinson. Según concluyen varios estudios recientes, se ha observado un impacto positivo significativo en los pacientes con esta patología que participan en terapias ocupacionales y fisioterapéuticas. Estas terapias están diseñadas específicamente para abordar los desafíos físicos, cognitivos y emocionales a los que hacen frente los pacientes, y están demostrando ser efectivas en la promoción de la autonomía, el manejo de los síntomas y la mejora de la calidad de vida del paciente y sus familiares.[1],[2],[3]
La enfermedad de Parkinson provoca una serie de síntomas, tanto a nivel motor, cognitivo, funcional y social, que impacta directamente en la autonomía e independencia de la vida diaria del paciente. La terapia ocupacional es una disciplina que ayuda a que las personas con algún tipo de limitación física o psíquica puedan tener una vida independiente, de modo que el paciente se vale de sí mismo y puede disfrutar de su tiempo de ocio.
“El papel principal de los terapeutas ocupacionales que trabajan con personas con Parkinson es el de mantener y/o recuperar su independencia lo máximo posible tanto en las actividades diarias básicas e instrumentales (autocuidado, higiene, vestido, alimentación, hogar, medicación…) como en el trabajo, ocio y tiempo libre”, explica Gloria Ocaña Martín, coordinadora del Departamento de Terapia Ocupacional en los Centros de Día STIMA. “Además, como terapeutas ocupacionales nos debemos centrar en las preferencias, gustos e intereses de cada usuario, por ello es muy importante saber cuáles son sus prioridades de mejora para plantear un objetivo común y trabajarlo mediante talleres y actividades que le sean significativas”, añade.
La Federación Española de Parkinson cuenta con un Protocolo de Terapia Ocupacional en la enfermedad de Parkinson elaborado por profesionales de las asociaciones de Parkinson con apoyo de consejos profesionales para mejorar la vida de los más de 160.000 afectados por esta patología en España.
Metodología en Terapia Ocupacional
A menudo las personas con Parkinson ven limitado su día a día. El objetivo de los programas de rehabilitación es detener o retardar la progresión de la enfermedad, así como de tratar los diferentes síntomas y limitaciones. El objetivo final del tratamiento es apoyar a las personas con enfermedad de Parkinson en su capacidad para participar en actividades que sean significativas para ellas y apoyarlas en su autocuidado.
El primer paso para implementar la terapia ocupacional en el manejo de un mayor con Parkinson consiste en una valoración exhaustiva sobre el estado del paciente para saber su estadio y nivel de independencia, explica Gloria Ocaña. “A partir de ahí se plantean unos objetivos específicos en los que es primordial incluir el trabajo sobre la coordinación motriz, la amplitud de movimiento para evitar las rigideces y las limitaciones articulares, y también entrenar las actividades de la vida diaria”.
En este escenario, los terapeutas ocupacionales de los Centros de Día STIMA adaptan los diversos talleres disponibles utilizando gran variedad de material tanto de objetos funcionales como de material de psicomotricidad. “Especialmente relevante es la introducción de las nuevas tecnologías con pantallas interactivas, tabletas, rox system…) con las que interactuamos con los pacientes al tiempo que conseguimos trabajar los objetivos establecidos”, destaca.
El ejercicio guiado mediante fisioterapia es clave
En lo que se refiere a la fisioterapia, el objetivo con las personas con Parkinson es mejorar sus capacidades físicas a través de técnicas manuales, métodos concretos de fisioterapia neurológica, ejercicio terapéutico y nuevas tecnologías los pacientes mejoran la movilidad, la fuerza, la coordinación, entre otros, explica Laura Tejedor, coordinadora de Fisioterapia en los Centros de Día STIMA.
“Con estos ejercicios se mejora el equilibrio y la marcha, se previenen las caídas –tan lesivas en los mayores- y se optimiza la función de las extremidades superiores. Se retrasa el avance de los síntomas de la enfermedad y se protege frente a las complicaciones relacionadas con la falta de movilidad”, subraya. “En función de las necesidades de cada usuario y familia, se plantea un plan de tratamiento individualizado que se trabaja tanto en sesiones grupales donde se trabaja de forma dinámica con personas de perfil similar, como en individuales con terapias más intensivas y específicas para cada caso”, indica Tejedor.
De lo que no cabe duda, añade la terapeuta ocupacional, es que “es imprescindible iniciar un tratamiento precoz para que los pacientes se mantengan activos y realicen un programa de ejercicios adecuado y guiado por profesionales de salud”. Además, es de vital importancia que se traslade al domicilio el trabajo que realizan en terapia en el centro de día, para ello se realizan formaciones a los familiares con el objetivo de que se impliquen en el tratamiento del mayor.
A menudo las personas con Parkinson ven limitado su día a día. El objetivo de los programas de rehabilitación es detener o retardar la progresión de la enfermedad, así como de tratar los diferentes síntomas y limitaciones. El objetivo final del tratamiento es apoyar a las personas con enfermedad de Parkinson en su capacidad para participar en actividades que sean significativas para ellas y apoyarlas.
Trabajo multidisciplinar
Un aspecto fundamental, añaden las profesionales, es asesorar a los familiares y cuidadores del residente para tener una buena adaptación del hogar del paciente según sus necesidades individuales. “Asimismo, es esencial una buena orientación y entrenamiento sobre productos de apoyo que pueden favorecer y mejorar la independencia del paciente ayudándoles a tener una mejor salud física y emocional”, concluye Ocaña.
En los Centros de Día STIMA trabajan en equipos multidisciplinares donde todos los profesionales, no solo los terapeutas ocupacionales sino fisioterapeutas y neuropsicólogos, aportan su valoración del paciente con Parkinson abordando de manera conjunta los déficits motores, cognitivos o funcionales. “Entre todos los profesionales vamos más allá, teniendo en cuenta sus relaciones interpersonales, su nivel emocional, su entorno, familia, preocupaciones, su descanso, trabajo, aficiones o motivación, para ir todos en la misma dirección para conseguir el máximo bienestar integral de la persona”, resume la terapeuta ocupacional.
Sobre STIMA
Fruto de la experiencia de más de una década de su equipo directivo, los Centros de Día STIMA para mayores nacen en 2018 con la vocación de conjugar el trabajo con el compromiso social. Seis años después, cuentan con cuatro centros abiertos en la Comunidad de Madrid (Princesa, Embajadores, Aluche y Moratalaz) que ayudan a las personas mayores con deterioros leves o moderados a trabajar a nivel cognitivo, físico y funcional mediante una metodología de estimulación integral, innovadora y personalizada. Para más información sobre STIMA visita www.stimamayores.es o sus perfiles de Facebook, LinkedIn o YouTube.
[1] Borja Cabrera Ángel R, Espín López VI, Morales Mayorga SG, Simbaña Quishpi MA, Cortéz Flores C del R, Heredia Nugra SM. Terapias alternativas en el manejo de pacientes con enfermedad de Parkinson. Salud, Ciencia y Tecnología [Internet]. 25 de julio de 2023 [consultado el 8 de abril de 2024];3:490. Disponible en: https://revista.saludcyt.ar/ojs/index.php/sct/article/view/490.
[2] Wood J, Henderson W, Foster ER. Occupational Therapy Practice Guidelines for People With Parkinson’s Disease. Am J Occup Ther. Revista Sanitaria de Investigación [Internet]. 2022 [7 octubre 2023]; 76(3). Disponible en: https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/35648119/
[3] De la Fuente Utrilla C, Fatás Cuevas B. Tratamiento en la enfermedad de Parkinson. [Internet]. 17 de enero de 2024. [Consultado el 8 de abril de 2024]. Disponible en: https://revistasanitariadeinvestigacion.com/tratamiento-en-la-enfermedad-de-parkinson/?utm_content=cmp-true.