Dormir bien no es un lujo, es una necesidad. Sin embargo, los últimos datos de la Sociedad Española de Neurología (SEN) revelan que hasta un 48 % de los adultos en España no disfruta de un sueño de calidad y que un 54 % duerme menos horas de las recomendadas.
En los más pequeños, la situación tampoco es alentadora. Alrededor del 25% de la población infantil no alcanza un descanso reparador, y solo 3 de cada 10 adolescentes mayores de 11 años cumplen con las horas de sueño necesarias para su edad.
Se estima, además, que entre un 20 y un 48% de los adultos ha tenido en algún momento dificultad para iniciar o mantener el sueño, y que al menos en un 10% de los casos estas alteraciones se convierten en trastornos crónicos. Además, más de la mitad de los mayores de 65 años también convive con algún problema relacionado con el sueño.
Con todo esto, “los problemas del sueño no son solo una molestia pasajera: afectan directamente al bienestar emocional, la concentración, la productividad y la salud física a medio y largo plazo” afirma Mar Santamaria, Responsable de Atención Farmacéutica de PromoFarma by DocMorris.
Hábitos que favorecen un sueño reparador
Antes de recurrir a suplementos o medicamentos, la experta de PromoFarma by DocMorris recomienda revisar las rutinas y el entorno de descanso: “Mantener horarios regulares para acostarse y levantarse es un primer paso esencial, al igual que practicar actividad física durante el día, lo que favorece que el organismo llegue más cansado a la noche” explica Mar Santamaria. En este contexto, también es importante:
- Evitar la cafeína, el alcohol y la nicotina a partir de media tarde, ya que interfieren en la conciliación del sueño.El dormitorio debe ser un espacio confortable: con una temperatura adecuada, oscuridad, silencio y una cama ergonómica que invite al descanso.
- Crear rutinas relajantes antes de dormir, como, por ejemplo, leer, escuchar música suave, realizar estiramientos o darse una ducha caliente, ayuda a enviar al cuerpo la señal de que es hora de desconectar.
- Conviene limitar el uso de pantallas al menos entre 30 y 60 minutos antes de acostarse, puesto que la luz azul dificulta la producción de melatonina.
Otros aspectos que marcan la diferencia son optar por una cena ligera y nutritiva, y reservar la cama únicamente para dormir o para la intimidad, evitando trabajar, ver televisión en ella o consultar el teléfono móvil.
¿Cuándo recurrir a suplementos o medicamentos?
Si, pese a instaurar buenos hábitos, los problemas persisten, es recomendable consultar con un profesional de la salud. Bajo criterio farmacéutico o médico, se pueden recomendar distintas opciones. La melatonina resulta especialmente útil en casos de jet lag, cambios de turno laboral o alteraciones puntuales del ritmo de sueño.
Las plantas relajantes o hipnóticas como el lúpulo, la lavanda, la melisa, la pasiflora o la valeriana pueden ser de ayuda en situaciones de estrés o nerviosismo. No obstante, no son adecuadas para mujeres embarazadas ni para niños.
En los casos más graves o persistentes, se puede recurrir a medicamentos de indicación farmacéutica o de prescripción médica, siempre bajo la supervisión de un profesional, para evitar posibles interacciones o efectos secundarios.
También existe la posibilidad que existan trastornos del sueño, como la producción de apneas que eviten que nuestro cerebro esté bien oxigenado durante la noche. De ser así, o ssospechar que esto ocurre, lo más recomendable es acudir a un profesional médico que permita seguir el tratamiento más adecuado.
Dormir mal no debería normalizarse: casi la mitad de la población española ya sufre las consecuencias de un descanso insuficiente o de baja calidad. Desde PromoFarma by DocMorris destacan la importancia de mejorar la salud del sueño, que repercute en todas las áreas de la vida y que, además de fomentar hábitos saludables, existen soluciones seguras y eficaces siempre que se utilicen bajo la orientación de un profesional de la salud.