Los pacientes anticoagulados reclaman siete medidas a los partidos políticos

Las administraciones sanitarias siguen desoyendo la voz de los pacientes. Por este motivo, la Federación Española de Asociaciones de Anticoagulados (FEASAN) ha decidido mantener una ronda de reuniones con los principales partidos políticos que concurren a las elecciones este domingo 23 de julio. El objetivo, trasladarles de primera mano siete medidas imprescindibles para mejorar de una vez por todas la atención a los pacientes anticoagulados en España. Y es que “el protagonista de su propia salud, el núcleo del Sistema Nacional de Salud debe dejar de ser ignorado en sus reclamaciones si de verdad se pretende mejorar la atención sanitaria y no que las promesas electorales se queden en eso, simples promesas”, subraya el presidente de FEASAN, Rafael Martínez.

En España, más de 1.000.000 de personas toman anticoagulantes orales a diario. La mayoría son mayores de 65 años y polimedicados. Esta cifra aumenta cada año por el envejecimiento de la población y el aumento de los factores de riesgo vascular. Los anticoagulantes evitan la formación de trombos en el interior de los vasos sanguíneos y las cavidades cardiacas. Se administran a personas con riesgo moderado o alto de sufrir una trombosis. Es un tratamiento que salva vidas, pero que requiere de una atención y seguimiento especial de los profesionales sanitarios y los propios pacientes.

La clave para avanzar, según FEASAN, pasa por que el paciente gane protagonismo en la responsabilidad frente a su tratamiento, por promover programas de autocontrol para pacientes portadores de válvulas cardíacas y SAF y por tener acceso al mejor tratamiento posible, cosa que no ocurre en España. También es necesario garantizar la formación continuada de los profesionales sanitarios y habilitar en los servicios de salud las herramientas tecnológicas existentes que apoyan a los profesionales sanitarios para un adecuado seguimiento del paciente y en la detección del mal control.

FEASAN ha trasladado sus siete medidas para mejorar la atención a estos pacientes a los principales partidos que concurren a las elecciones y ya ha celebrado reuniones con representantes de PSOE, VOX y el PP. Estas siete propuestas son:

1.- EMPODERAR AL PACIENTE ANTICOAGULADO EN EL AUTOCUIDADO: El SNS debe incluir en sus protocolos la educación del paciente anticoagulado al inicio del tratamiento. Este protocolo debe garantizar que se asegure la comprensión de la información facilitada, especialmente de los riesgos del tratamiento por parte del paciente o familiar cuidador. El buen control es clave para evitar riesgos asociados al tratamiento o a una mala adherencia. Estas sesiones deben repetirse cada 6 o 12 meses para refrescar el conocimiento e incidir en la importancia de la adherencia al tratamiento. En estas acciones formativas el SNS debe integrar a las organizaciones de pacientes como un agente de salud que aporta valor tanto por su expertise en la educación sanitaria como por su experiencia entre iguales.

2.- FACILITAR LA PRESCRIPCIÓN LIBRE DE LOS ACOD: el SNS debe retirar el visado de inspección y situar como tratamiento de primera línea a los fármacos más innovadores, los ACOD, de acuerdo con el criterio científico. La comunidad científica ha solicitado en múltiples ocasiones la prescripción libre de los ACOD, atendiendo a criterios exclusivamente clínicos y no al control del gasto farmacéutico. Sus peticiones no han sido escuchadas por las administraciones sanitarias, que priorizan el ahorro, en contra de las recomendaciones de las sociedades europea y americana de Cardiología. El criterio, además, varía según las CCAA, lo que genera mayor inequidad territorial entre la ciudadanía de una comunidad con respecto a otra, incluso dependiendo del código postal.

 “Desde 2016 no se han actualizado los criterios del informe de posicionamiento terapéutico que emite la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (dependiente del Ministerio de Sanidad), que siguen dejando en segunda línea unos fármacos que, según las guías de práctica clínica, deberían ser la primera opción por su seguridad y eficacia. Las administraciones sanitarias estatales y autonómicas han desoído las recomendaciones de los expertos. Los ACOD son una alternativa para un mejor control del paciente anticoagulado por una fibrilación auricular no valvular, la arritmia más frecuente”, explica Martínez.

3.- INSTAURAR SISTEMAS DE EVALUACIÓN DE LA CALIDAD DEL CONTROL: Es sorprendente que la mayor parte de servicios autonómicos de salud no evalúen la calidad de la asistencia sanitaria que se provee a los pacientes, especialmente cuando el mal control de la anticoagulación produce más de 29.000 muertes al año. Es urgente que todos los servicios autonómicos de salud evalúen la calidad del control y seguimiento del paciente, incorporando la experiencia del paciente y sus resultados en salud. Garantizando el buen control se evitarían el 43% de las muertes en pacientes anticoagulados*.

4.- POTENCIAR LA DIGITALIZACIÓN DE LA GESTIÓN DEL TRATAMIENTO ANTICOAGULANTE ORAL (TAO): Tras la pandemia hemos asistido a una aceleración global de la digitalización que ha traído herramientas que facilitan el trabajo a los clínicos y una mayor calidad y seguridad del servicio. En este sentido, el SNS debe incorporar todas las herramientas digitales disponibles como alarmas que identifican un mal control del paciente, calculadoras de TRT, inteligencia artificial que detecta incongruencias en la posología, y por supuesto, algo tan básico como las historias clínicas compartidas desde todos los niveles asistenciales.

Los pacientes con un mal control de su TAO se enfrentan a una mayor probabilidad de sufrir eventos de ictus y hemorragias que las personas con un buen control de la anticoagulación. Además, consumen más recursos sanitarios, presentan una peor calidad de vida y tienen mayores pérdidas de productividad laboral que los pacientes con un buen control. “El buen control del paciente anticoagulado ahorraría al SNS más de 79,2 millones de euros. Si no es por los resultados en salud, al menos, que mejoren el control por la eficiencia del sistema público”, indica Martínez.

5.- INCORPORAR EL SISTEMA DE AUTOCONTROL TAO A LA CARTERA DE SERVICIOS: Las personas con diabetes tipo 1 autogestionan el control de su tratamiento. Se realizan los análisis y se dosifican. El SNS cubre los glucómetros y las tiras reactivas. No obstante, a los pacientes anticoagulados no se les brinda la oportunidad de autocontrol su tratamiento. Numerosos estudios han demostrado que es un sistema coste efectivo, seguro, que mejora el control, y en consecuencia reduce el riesgo de complicaciones, aporta autonomía al paciente y mejora su calidad de vida. Es por ello que, el autocontrol del TAO debe incorporarse a la cartera básica de servicios del SNS, priorizando la incorporación a este sistema de control a pacientes que no pueden beneficiarse de los ACOD como son los portadores de válvulas cardíacas o las personas con Síndrome Antifosfolípido (SAF).

6.- FINANCIACIÓN DE LA INDICACIÓN DE LOS ACOD PARA ETV: Es un derecho recibir el mejor tratamiento disponible, pero es una medida injusta que unos pacientes deban financiárselo de su bolsillo y otros lo tengan financiado. El Ministerio de Sanidad debe aprobar de forma inmediata la financiación de la indicación para la prevención de eventos tromboembólicos en pacientes que han sufrido una trombosis venosa o una embolia pulmonar, equiparando así los derechos de los diferentes perfiles clínicos para los que están indicados los ACOD según su ficha técnica.

7.- AUMENTAR LA FORMACIÓN CONTINUADA DE LA ATENCIÓN PRIMARIA: Una dosificación inapropiada, la prescripción de un medicamento incompatible, la falta de control de la función renal, suponen un riesgo para la seguridad del paciente. Evitar esas incidencias debe ser prioritario para el SNS. Por ello, es necesario que el sistema garantice una formación continuada de sus médicos de atención primaria en el manejo de las terapias anticoagulantes. Es importante que los profesionales que deben gestionar el control del paciente anticoagulado dispongan del conocimiento necesario para el correcto manejo y seguimiento del tratamiento.

FEASAN ya presentó estas recomendaciones al Ministerio de Sanidad y a las CCAA y organizaciones profesionales relacionadas con el manejo del paciente anticoagulado, pero no hay visos de avance. Es “urgente que el nuevo Gobierno que resulte de las elecciones de este domingo, se tome en serio estas recomendaciones para evitar muertes innecesarias”, concluye Rafael Martínez.

*Fuente: Atlas del mal control de la anticoagulación oral de la fibrilación auricular no valvular. Sociedad Española de Calidad Asistencial, 2022

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