Conceptos como la sostenibilidad y el equilibrio ecológico están cada día más presentes en el Sistema Sanitario y es que, no existen dudas sobre cómo la actividad en materia de salud repercute de manera directa en nuestro medio ambiente. Sobre la realidad de esta coyuntura se ha desarrollado el 40 Congreso Nacional de Ingeniería Hospitalaria, en cuyo entorno GE HealthCare ha presentado un caso de éxito directamente relacionado con la sostenibilidad: el diseño y construcción del Centro Avanzado de Diagnóstico por imagen (CADI) para la gestión de 85 equipos de Tomografía Computarizada del Servicio Andaluz de Salud (SAS). Una comunicación a través de la que se ha podido constatar con datos cómo una estrategia en salud es positiva para la ciudadanía y para el entorno.
La avanzada digitalización y sonorización de los equipos de alta tecnología genera un ingente volumen de datos, generalmente infrautilizados. En este CADI se han aplicado las técnicas más avanzadas de procesamiento de datos incorporando IA para la generación de Indicadores Clave de Desempeño (KPI en inglés) con los que un equipo multidisciplinar de personas especialistas en formación, gestión de dosis y protocolos, trabajan en tiempo real para optimizar resultados. Las mejoras de los indicadores abren la puerta a otros nuevos indicadores y alternativas mostrando así nuevas formas de gestionar la alta tecnología y los equipos de electromedicina en general, cada vez más presentes en la actividad clínica y totalmente alineadas con un modelo de economía circular.
Según, Agustín Montes, strategic project director GE HealthCare, “La Alta Tecnología (AT) representa en torno al 40% de la inversión total que se realiza en un hospital en equipamiento electromédico, por lo que su correcta gestión genera importantes beneficios. Hasta la fecha, los modelos de servicio estaban enfocados en maximizar la disponibilidad de los equipos. La compleja realidad del mundo hospitalario confirma que la disponibilidad es únicamente una de las facetas, la más básica, pero que es necesario incorporar otros elementos como son la seguridad del paciente, la productividad del equipo, el ahorro energético, la experiencia del usuario, la ciberseguridad, y la experiencia del paciente, entre otros”.
En el año 2018 nacía el Proyecto Huella de Energía, con el que el SAS pretendía mejorar la salud de la población andaluza, aunque su fin original era buscar fórmulas para de reducir las dosis de fotones e iones que recibían los pacientes a través de las pruebas diagnósticas. “Esta andadura nos llevó a descubrir otros lugares que nos permitían cerrar el círculo de la sostenibilidad, como la búsqueda de una mayor productividad, por la facilidad para los profesionales en el uso de nuevos equipos, por la reducción de protocolos de pruebas, por la disponibilidad del equipamiento y por la respuesta de los nuevos equipos, más rápidos, con menor impacto ambiental y menor consumo”, ha manifestado José Ramón Ledesma, gestor de Activos Físicos del Servicio Andaluz de Salud.
A todo hay que sumar otros factores de importancia como son el poder dar más vida efectiva a los equipos y trabajar sobre su ciclo integral, es decir, planificación, adquisición, operación y enajenación, una mayor calidad diagnóstica, por las herramientas de postprocesado, una mayor eficiencia, “y sin duda, buscar que la vida, el ciclo de vida de los dispositivos valga la pena para el ciudadano”. ha concluido Ledesma.
El compromiso con la sostenibilidad en toda la cadena de valor de los sistemas sanitarios con herramientas como la economía circular son líneas de acción fundamentales para todos los grupos de interés de los servicios de Salud. En este sentido, los servicios en remoto evitan desplazamientos innecesarios de los ingenieros a los centros e incluso son utilizados para la ejecución de un mantenimiento preventivo por lo que se optimizan los desplazamientos de los pacientes, al evitar paradas no planificadas, o el uso limitado de un equipo ya que las averías se pueden anticipar y planificar las actuaciones de servicio. Se evita, por tanto, el reagendar citas o el tener que derivar a un paciente de una zona cercana a su residencia, a otra más lejana por no estar disponible el equipo, reduciendo así la huella climática de los desplazamientos de pacientes y profesionales sanitarios.
Para Eduardo Fernández Revuelta, director del área de Servicios Sur de Europa de GE HealthCare, “la aplicación de tecnologías de Inteligencia Artificial permite que los equipos se deterioren y degraden menos. Además de facilitar y simplificar su manejo, también posibilita que los tiempos de ejecución de procedimientos sean más cortos y asegura la calidad de la imagen”. Para obtener el mayor rendimiento en todo el ciclo de vida de los equipos, los servicios avanzados incluyen monitorización proactiva y predictiva, “con lo que podemos anticiparnos a las averías y actuar con antelación, gracias a la creación de modelos paramétricos de los componentes reales o gemelos digitales y su entrenamiento sobre Big Data y posterior monitorización”. En opinión de Fernández Revuelta, “es importante cuidar también en la sostenibilidad y eficiencia de ciclo de vida en el ámbito clínico, y así, gracias a los modelos de uso de aplicaciones clínicas en modo de suscripción inteligente es posible sacar el máximo partido a los equipos de Asistencia Tecnológica (AT), manteniéndose siempre actualizados sin tener que realizar compras repentinas o urgentes”.