El 64,5% de las personas con fractura por fragilidad, no estaba diagnosticado de osteoporosis

El 64,5% de las personas que ha sufrido una fractura por fragilidad, no estaba diagnosticada de osteoporosis, según los resultados del ‘Observatorio de la Osteoporosis’ creado por la Fundación Hispana de Osteoporosis y Enfermedades Metabólicas Óseas (FHOEMO) que se han presentado, durante el 24º Encuentro Nacional de Salud y Medicina de la Mujer (SAMEM) celebrado en Madrid.

Más del 22% de las mujeres y el 6,8% de los hombres mayores de 50 años sufre osteoporosis en España, una enfermedad crónica y progresiva que provoca que los huesos se vuelvan más porosos, débiles y con mayor propensión a fracturarse. En concreto, cuatro de cada cinco personas que han sufrido una fractura por fragilidad son mujeres. Una incidencia que aumenta exponencialmente con la edad, acelerándose a partir de los 75 años.

Con el objetivo de conocer cuál es la situación de la osteoporosis en la salud de las mujeres de España, FHOEMO ha creado el ‘Observatorio de la Osteoporosis’, una encuesta de valoración en la que han participado un total de 934 personas de todo el país y cuyos resultados van a permitir evaluar el nivel de conocimiento de las personas afectadas por esta patología, descubrir su papel activo en todo el proceso asistencial y cómo es su calidad de vida. 

“Gracias a los datos extraídos de la encuesta se ha podido observar que existe una clara desinformación sobre esta patología. Más de un 50% afirma que su médico no le ha explicado las medidas de prevención, y cuando han sido diagnosticadas, un 72% de las encuestadas sale de la consulta con dudas sobre osteoporosis”, explica Dr. Santiago Palacios, presidente de SAMEM y presidente de la Fundación Hispana de Osteoporosis y Enfermedades Metabólicas Óseas (FHOEMO). 

Fracturas por fragilidad, secuela de la osteoporosis

Uno de los datos más relevantes es que “tan sólo un 5% de las personas que ha sufrido una fractura por fragilidad ha sido diagnosticada de osteoporosis tras dicha fractura”, apunta el Dr. Palacios.

Las fracturas por fragilidad son la principal consecuencia de la osteoporosis y se caracterizan por su gravedad y prevalencia, situándolas ya como la cuarta enfermedad crónica de mayor impacto. Son extremadamente graves y limitantes. El dolor que ocasionan supone una pérdida de movilidad. Por ello, están asociadas a una mayor mortalidad, morbilidad e incremento del riesgo de una fractura secundaria. “Gracias a estos resultados podemos determinar cuáles son las necesidades no cubiertas actualmente; priorizarlas y establecer vías para minimizar el impacto que la osteoporosis y las fracturas tienen en los pacientes, su entorno y la sociedad en su conjunto”, comenta el Dr. Palacios.

Los datos del Observatorio ponen de manifiesto que para un mejor abordaje de la osteoporosis y las fracturas por fragilidad es fundamental que existan Unidades de Coordinación de Fracturas (conocidas como FLS) que garantizan el diagnóstico, el tratamiento y la atención más adecuada para aquellos pacientes que ya han sufrido previamente una fractura osteoporótica. Estas Unidades, apunta el presidente de FHOEMO “contribuyen a que el 70% de los pacientes mantenga el tratamiento para prevenir una nueva fractura. Su introducción dentro de los hospitales podría evitar más de 1.200 fracturas por fragilidad cada año y suponer un ahorro neto de 18,4 millones de euros anuales”. Actualmente en nuestro país hay ya más de 85 Unidades de Coordinación de Fractura repartidas por los hospitales españoles.

Un 49,5% de los pacientes con fractura ósea afirma tener limitaciones en su vida diaria. Ante este dato, el Dr. Palacios enfatiza que, «todos los roles profesionales son fundamentales para asegurar la calidad de vida de los pacientes. Los equipos multidisciplinares reducen considerablemente el riesgo de fracturas primarias o recurrentes al mejorar el tratamiento de la osteoporosis. Estos equipos incluyen a diversos profesionales sociosanitarios que participan en la atención médica, desde traumatólogos, reumatólogos e internistas hasta médicos de familia, así como otros especialistas como enfermeras, fisioterapeutas o psicólogos».

La importancia de una buena información al paciente

La encuesta también refleja la necesidad de tener al paciente bien informado y así evitar que recurra a buscar información en sitios no autorizados como puede ser internet. Aunque el 93% de las encuestadas sabe lo que es la osteoporosis, el 34% no conoce la diferencia entre osteopenia y osteoporosis. Además, más de un 50% afirma que su médico no le ha explicado las medidas de prevención para la osteoporosis como el ejercicio físico, la alimentación o la toma de suplementos o incluso el tipo de pruebas diagnósticas que se deberían hacer. “La osteoporosis tiene un notable impacto en la calidad de vida, y más aún cuando se produce una fractura por fragilidad”, declara José Luis Baquero, miembro de la Asociación Española con la Osteoporosis y la Artrosis (AECOSAR) y de la Fundación Internacional de Artrosis (OAFI).

Baquero se muestra satisfecho con los resultados de esta encuesta, ya que corroboran la falta de información que tiene el paciente sobre esta patología, lo que hace que no se pueda participar de la toma compartida de decisiones sobre la propia enfermedad. Al 45% de los pacientes no se les ha explicado los tratamientos farmacológicos disponibles para la osteoporosis y más de la mitad, el 56%, no sabe los beneficios y riesgos de los medicamentos. “Tanto pacientes como el entorno, necesitamos que se proporcione información rigurosa y de calidad tanto en materia de prevención aun disfrutando de salud, pasando por el estadio intermedio de osteopenia y cuando ya se ha desarrollado la osteoporosis”, comenta.

Los datos del Observatorio reflejan que a más del 90% le gustaría recibir más información sobre todos los aspectos relacionados con la patología. Si no se da información, se va a buscar. Deben señalarse fuentes fiables y las organizaciones de pacientes, que somos agentes legítimos del sistema, infrautilizados; que podemos dar una preciosa información de paciente-a-paciente y prestar servicios que no son si no, cubiertos”, concluye Baquero.

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