El verano es uno de los momentos del año más esperado. Piscina, chanclas y bañador son tres elementos fundamentales para el disfrute de esta estación, aunque esta combinación también puede tener otra vertiente menos agradable: la de las molestas infecciones.
Según datos de PromoFarma, la parafarmacia online de referencia, entre finales de julio y principios de agosto, las ventas de la categoría del cuidado de los pies han aumentado un 25%. Se trata de una parte del cuerpo muy expuesta durante esta época, y que todos queremos que luzca bonita.
Además, y siguiendo esta línea, en verano los pies son susceptibles de contraer infecciones fúngicas, pero, no son los únicos. A continuación, Mar Santamaria Sala, Responsable de Atención Farmacéutica de PromoFarma, desvela cómo minimizar el riesgo a desarrollar estas infecciones en verano.
Un intenso día de playa o piscina… y, luego, otitis
Cuando nos entra agua en el oído, compramos muchas papeletas para que aparezca una otitis, es decir, una inflamación e infección en el oído. Se conoce como otitis del nadador la otitis externa, porque es frecuente cuando estamos expuestos a la humedad directa, como, baños en piscinas o playa. Esta infección puede dar síntomas como dolor al presionar desde fuera y signos como supuración y hasta fiebre.
¿Cómo podemos prevenir la otitis externa?
- Los tapones aislantes son tus mejores aliados: los de silicona resultan ideales y evitan que el agua se cuele dentro del oído.
- Sécate bien las orejas, por fuera, después de bañarte en la playa o en la piscina.
- Para la limpieza del conducto auditivo externo, ¡no uses bastoncillos de algodón! Pueden empeorar el problema, pues solo sirven para limpiar externamente (en los pliegues de las orejas). Para la limpieza de la parte más externa del conducto, utiliza un spray específico.
- Evita bañarte en aguas estancadas, no tratadas con sustancias desinfectantes.
- Ante cualquier duda, consulta con un profesional de la salud.
Chanclas húmedas, pies descalzos… y hongos en los pies
En esta época tan calurosa, vamos todo el día con chanclas húmedas o descalzos. Un auténtico paraíso terrenal para los hongos dermatofitos que pueden infectar la piel de los pies (por ejemplo, el pie de atleta, muy típico en esta época y que da la cara por el picor que produce entre los dedos o en la planta del pie) o las uñas (onicomicosis).
¿Cómo podemos prevenir los hongos en los pies?
- Sécate bien los pies tras el contacto con el agua, también entre los pliegues y entre los dedos.
- Lávalos a diario con un jabón con pH ligeramente ácido.
- Evita permanecer largas horas con el calzado o con los calcetines húmedos, y, lávalos con frecuencia (preferiblemente con agua a 60º). El calzado que viene de piscinas concurridas o parques acuáticos, mucho mejor si permanece una hora en remojo con unas gotas de lejía.
- Puedes aplicar polvos o sprays con propiedades secantes y desinfectantes dentro del calzado.
- Evita compartir calzado, calcetines y toallas con otras personas.
- Mantén las uñas limpias y bien recortadas.
- Las pedicuras, siempre en sitios de confianza y buenas condiciones higiénicas.
- Ante cualquier duda, consulta con un profesional de la salud.
Calor, deshidratación… y cistitis
Si eres una persona con tendencia a infecciones de orina (cistitis), la época veraniega puede ser un quebradero de cabeza, por el calor ambiental, la humedad del traje de baño y la tendencia a la deshidratación.
¿Cómo prevenir la cistitis?
- Hidrátate bien tomando agua a menudo. Mantenernos hidratados y con la función diurética correcta puede ayudar a “limpiar” las vías urinarias para que no se adhieran los microorganismos que causan infección.
- Minimiza el consumo de alcohol, que no ayuda nada a mantener una buena hidratación, especialmente en verano.
- Por el mismo motivo, no aguantes las ganas de hacer pis. Es importante ir limpiando las vías urinarias y que la orina no quede retenida (aspecto especialmente importante en los niños).
- ¡Ojo con los cambios de alimentación y las comidas poco saludables! Sigue con una correcta ingesta de fibra dietética. Si mantenemos un correcto tránsito intestinal, estamos cuidando la microbiota que allí reside y, al mismo tiempo, se evita el sobrecrecimiento de cepas bacterianas que podrían migrar a la zona de la uretra y causar infección.
- Puedes tomar un complemento alimenticio con arándano rojo americano y D-manosa (que dificulta la adherencia de las bacterias en el tracto urinario) y alimentos ricos en Vitamina C para cuidar de tu sistema inmunitario.
- En el caso de las mujeres, es aconsejable utilizar lubricación extra y orinar después de mantener relaciones sexuales con penetración, para eliminar esas bacterias que podrían migrar hacia el tracto urinario.
- Por el mismo motivo, limpia y seca los genitales externos siempre “de delante hacia atrás”, nunca al revés, para evitar arrastrar las bacterias de la zona anal hacia la zona uretral.
- Un exceso de limpieza también es contraproducente. Evita jabones irritantes.
- No permanezcas con el bañador húmedo en contacto con la zona genital.
Irritación vulvar… y candidiasis vaginal
La principal causa de la candidiasis vulvovaginal es la hiperproliferación de la cándida albicans, algo que puede ocurrir por motivos muy variados. Padecer diabetes, la toma de un medicamento antibiótico de prescripción médica u otros factores que produzcan sequedad vulvar y vaginal, pueden actuar como desencadenantes.
¿Cómo podemos prevenir la candidiasis vaginal?
- Evita el contacto con el bañador húmedo, para no propiciar la proliferación de microorganismos oportunistas y que puedan alterar la microbiota vaginal.
- Las dietas muy ricas en azúcares libres (bollería y pastelería, azúcar refinado, ultraprocesados…) fomentan el crecimiento de hongos como la cándida. Es mejor que apuestes por alimentos con buen aporte de fibra prebiótica (hortalizas, verduras y granos integrales) y evites al máximo los ultraprocesados.
- Si eres propensa, a modo prevención, puedes optar por un complemento alimenticio o producto sanitario de aplicación local, con cepas bacterianas amigas de la microbiota vaginal.
- Evita cualquier factor que pueda ser molesto para la microbiota vaginal: jabones con un PH no fisiológico, uso excesivo de salvaslips, tampones, ropa ajustada…
- Ante cualquier duda, consulta con un profesional de la salud.