Pese a que cada vez existen más estrategias para diagnosticar y tratar sus síntomas y complicaciones, a día de hoy, el manejo de las personas que sufren apnea obstructiva del sueño sigue constituyendo un reto para los profesionales sanitarios. Uno de los mayores desafíos en esta patología, la cual se considera grave porque aumenta el riesgo de ciertos trastornos médicos y de muerte prematura, es el diagnóstico temprano. Otro de los grandes desafíos actuales es la adherencia terapéutica. A algunos de estos pacientes se les prescriben equipos domiciliarios denominados CPAP (del inglés Continuous Positive Airway Pressure) que ayudan a mantener una presión positiva continua en las vías respiratorias. Si son cumplidores, el pronóstico suele ser excelente: la esperanza de vida no se ve afectada y se pueden prevenir las complicaciones más graves como el riesgo de desarrollar enfermedad arterial coronaria, ataques cardíacos o accidentes cerebrovasculares, o problemas de memoria.
Para conseguir esta correcta adherencia y, por tanto, prevenir complicaciones, no solo es importante el compromiso del paciente. Se requiere una atención integral y un enfoque coordinado de profesionales de la salud, pacientes y cuidadores, así como un esfuerzo continuo en seguimiento clínico, educación y concienciación sobre la enfermedad. Precisamente, estos son los pilares de actuación de los Centros de Atención Integral de Enfermedades Respiratorias (CAIDER), los cuales no solo ofrecen una atención de forma inmediata, directa y personalizada a los pacientes a través de un equipo multidisciplinar (neumólogos, enfermeras y fisioterapeutas); también permiten liberar la presión asistencial de los Servicios de Neumología. Y es que, estos centros están especialmente diseñados para el seguimiento y control de los pacientes con aerosolterapia, pacientes con síndrome de apnea del sueño o con ventilación no dependiente, pudiendo atender cualquier otra terapia respiratoria.
Uno de los servicios más novedosos que ofrecen algunos CAIDER es la telemonitorización, una herramienta que permite a los profesionales sanitarios promover la correcta adherencia al tratamiento de los pacientes derivados desde Neumología a través del envío de datos en tiempo real de los dispositivos que utilizan sus pacientes. Estos datos recopilados con información de uso del CPAP son revisados periódicamente por los profesionales de la salud (las primeras 48 horas, cuando se cumple la primera semana de uso del dispositivo, a los 60 días y a los 90 días) y permiten realizar una evaluación continua y personalizada de cada caso detectando signos de empeoramiento temprano para brindar las intervenciones oportunas.
“La telemonitorización está desempeñando un papel crucial en el manejo de la apnea del sueño. Proporciona una atención más eficiente asegurando mayor tranquilidad al paciente en su día a día. Porque permite a los profesionales de la salud verificar si los pacientes están utilizando correctamente los dispositivos respiratorios en casa, y es que, el cumplimiento adecuado con la terapia es esencial para el control de esta patología”, comenta Samuel Rodrigo, fisioterapeuta en el Centro de Atención Integral de Enfermedades Respiratorias de Linde Médica ubicado junto al Hospital San Juan de Dios del Aljarafe (Sevilla).
Pero la telemonitorización también está permitiendo brindar una atención humanizada. “Cada paciente tiene características, circunstancias y necesidades únicas. La monitorización continua proporciona datos detallados sobre la respuesta individual de un paciente a la terapia y ayuda a los profesionales de la salud a realizar ajustes personalizados en los dispositivos o en el tratamiento para lograr un mejor control de la enfermedad. Pero, además, esta herramienta permite a los pacientes tener una mayor sensación de seguridad y control sobre su salud. Saber que están siendo supervisados de cerca les aporta tranquilidad y puede reducir la ansiedad asociada con la gestión de una enfermedad crónica”, indica el fisioterapeuta.
Además, la apnea puede imponer una carga económica significativa en términos de costos de atención médica, pérdida de productividad laboral, tanto para los pacientes como para los sistemas de salud. Aquí, la telemonitorización ha demostrado que puede reducir la necesidad de visitas hospitalarias frecuentes, lo que no solo ahorra tiempo y recursos, sino que también disminuye los costos asociados a la asistencia sanitaria. Al detectar problemas antes de que se vuelvan graves, se pueden evitar hospitalizaciones costosas. “En nuestro caso, las visitas al centro CAIDER se reducen a la mitad. En vez de hacer las cuatro visitas estipuladas en los seis meses posteriores a la recepción del alta en el Servicio de Neumología del hospital, solo acuden presencialmente dos veces: al comienzo, para recoger su equipo y, después de utilizar el equipo de telemonitorización durante tres meses y comprobar nosotros que tiene una buena adherencia, para devolver el equipo por uno sin telemonitorización”, señala el fisioterapeuta. Y concluye: “El monitoreo continuo y la atención sanitaria adecuada son esenciales para brindar una mejor calidad de vida a los pacientes con patologías respiratorias y reducir las exacerbaciones”.