Creer que la enfermedad inflamatoria intestinal (EII) impacta exclusivamente a nivel de sistema digestivo es un error. Más allá de los síntomas gastrointestinales, esta patología crónica afecta en múltiples esferas de la vida de quienes la padecen. Esto incluye la salud sexual, aspecto al cual los pacientes dotan de gran relevancia para mantener una óptima calidad de vida. Sin embargo, a menudo, suele ser una cuestión subestimada y poco abordada.
“Aunque su impacto en la calidad de vida de los pacientes es considerable, la disfunción sexual es un tema poco tratado en la EII. Se discute con poca frecuencia tanto en la literatura médica como en las consultas”, asegura Marta Calvo, médico adjunto al Servicio de Aparato Digestivo del Hospital Universitario Puerta de Hierro – Majadahonda y miembro de la Junta Directiva de GETECCU. Y añade: “Unas 300.000 personas en España tienen EII y la incidencia va en aumento año tras año. Y hablamos de una patología que debuta en personas jóvenes, generalmente entre los 15 y los 40 años, una etapa en la que la sexualidad, la imagen corporal y las relaciones íntimas juegan un papel importante”.
La EII puede generar varios desafíos en la esfera sexual. Desde el punto de vista físico, los pacientes pueden sufrir diarrea, dolor abdominal, incontinencia, fístulas perianales y cicatrices quirúrgicas, lo que puede afectar el deseo sexual y la confianza en uno mismo. Además, tratamientos como los corticoides pueden afectar a la imagen corporal, incluso en cambios de humor y efectos adversos como acné, lo que todo ello puede contribuir a disminuir la libido. Un porcentaje significativo de pacientes no solo tienen síntomas físicos como la fatiga crónica y el dolor abdominal, sino que, de manera aún más significativa, también sufren de ansiedad y depresión, que pueden tener un impacto aún mayor en la disfunción sexual. Estos factores emocionales frecuentemente exacerban el problema, afectando de manera más profunda la calidad de vida del paciente.
“Muchas veces, los pacientes se sienten avergonzados o creen que los médicos no saben cómo ayudarlos. Sin embargo, estudios recientes indican que un alto porcentaje de pacientes desea recibir información sobre el impacto de la EII en la sexualidad, y prefieren que esta información sea proporcionada al momento del diagnóstico. Crear un entorno de confianza y apoyo en la consulta es clave para que los pacientes se sientan cómodos para hablar sobre este tema tan sensible”, asegura la doctora Calvo.
Resolver esta cuestión pasa por promover el hecho de que los profesionales de la salud, especialmente, los gastroenterólogos, realicen un abordaje integral y personalizado. “Primero, es fundamental identificar los factores de riesgo individuales, que pueden incluir cirugías previas, uso de corticoides, dolor abdominal o articular, incontinencia y estrés en las relaciones de pareja. Una vez identificados, cada síntoma debe ser tratado de manera específica. Los pacientes también deben recibir apoyo psicológico para gestionar la depresión, la ansiedad y el estrés asociados a la enfermedad”, subraya la especialista. Y añade: “Es crucial que el gastroenterólogo colabore con otros especialistas (enfermeras, ginecólogos, urólogos, cirujanos, psicólogos y sexólogos) para abordar tanto los aspectos físicos como emocionales de la disfunción sexual en la EII”.
Los últimos avances en EII, en el foco de la 35 Reunión Nacional de GETECCU
Con el objetivo de dar visibilidad y conseguir avances en este ámbito, la doctora Calvo participará en la mesa “Hablemos de sexo en EII” durante la 35 Reunión Nacional de GETECCU que, del próximo 3 al 5 de octubre se celebra en Madrid. Durante este foro de actualización e intercambio de experiencias, los expertos debatirán sobre las líneas de trabajo principales de GETECCU (investigación y docencia), terapias avanzadas, proyectos de investigación en curso o temas más concretos como el afrontamiento de la enfermedad perianal o la prevención de la EII.
“Año tras año, la Reunión Nacional de GETECCU se consolida como un espacio referente para conocer la evolución en el manejo de la EII en nuestro país. Este encuentro no solo nos permite compartir los últimos avances en investigación y nuevas estrategias de tratamiento, sino que también refuerza nuestro compromiso con la docencia y la formación de especialistas, clave para ofrecer a los pacientes la mejor atención posible. Es una oportunidad única para generar sinergias entre profesionales, impulsar nuevas líneas de investigación y seguir mejorando la calidad de vida de las personas que viven con EII. Estas reuniones son el motor que nos permite seguir avanzando como comunidad científica y médica”, asegura Ana Gutiérrez, presidenta de GETECCU y responsable de la Unidad de EII del Servicio de Aparato Digestivo del Hospital General Universitario Dr Balmis.
Novedades y retos en el abordaje de la EII
En los últimos diez años, la ciencia ha dado grandes pasos en el abordaje de la enfermedad. Sin duda alguna, los grandes avances en el ámbito de la investigación ha sido la aparición de nuevos fármacos con diferentes mecanismos de acción y los estudios que permiten comparar estas nuevas moléculas entre sí. “Actualmente, tenemos un conocimiento bastante profundo sobre la EII y, al conocer mejor la fisiopatología, no solo encontramos nuevas dianas y podemos desarrollar nuevos tratamientos, sino que también tenemos otros ingredientes como la genética, la epigenética o el medio ambiente”, indica Yamile Zabana, vicepresidenta de GETECCU y médico adjunto del servicio de Aparato Digestivo del Hospital Universitario Mútua Terrassa. La especialista explica que los avances terapéuticos también se han producido en el ámbito de la inmunología o en investigación en endoscopia. “Tenemos objetivos cada vez más ambiciosos: queremos conseguir la remisión profunda”, asegura.
Sobre estos objetivos, la doctora subraya que otra de las novedades recientes en el abordaje conocido como “treat to target”. “Significa tratar por objetivo y supone que seamos más exigentes. Así, ya no nos conformamos con el hecho de que el paciente esté bien, sino que nos ponemos un objetivo y vamos a buscarlo. Por ejemplo, cuando el objetivo es que el paciente no tenga lesiones en la endoscopia, cambiamos el tratamiento hasta conseguirlo”, puntualiza.
Para la especialista, el hito que ha revolucionado el tratamiento de la EII ha sido la llegada de los inhibidores del TNF-alpha (infliximab, adalimumab y golimumab) hace algo más de 20 años. “Teníamos corticoides, tiopurinas, metotrexato… pero la llegada de estos fármacos fue la primera revolución de un anticuerpo a una sustancia concreta y, a partir de aquí, hemos visto un cambio de paradigma”, asegura Zabana.
A estas novedades se suma el tratamiento cíclico de la enfermedad: “Siempre habíamos dicho que el tratamiento en la enfermedad inflamatoria intestinal era un tratamiento continuo, de por vida. Y ahora sabemos que, en determinados pacientes, podríamos hacer ciclos de tratamiento. Esto le mantendría en remisión sin los efectos secundarios de la inmunosupresión de forma mantenida.
“Desde GETECCU trabajamos para permitir que haya más acceso a terapias innovadoras y, para ello, promovemos estudios que evalúan el modo en el que los fármacos modifican el curso de la enfermedad”, subraya Yamile Zabana. “Nuestros compromisos pasan, por ejemplo, por reducir la dependencia a corticoides o minimizar el riesgo de complicaciones. Para ello, fomentamos la colaboración internacional, la investigación con otros grupos, impulsamos ensayos clínicos y, además, compartir conocimientos para que todas las personas puedan beneficiarse de estos avances”, concluye.