Se la conoce como neuralgia del pudendo o síndrome de atrapamiento del nervio pudendo, y es una enfermedad poco frecuente pero muy dolorosa y crónica. Las personas afectadas por esta patología presentan dolor neuropático (es decir, causado por una lesión o alteración del sistema nervioso) del nervio pudendo que se encuentra en la zona pélvica. “El dolor puede aparecer en toda la región del periné o en una zona, según afecte a la totalidad del nervio o a una de sus ramas”, explica el Dr. David Abejón, jefe de la Unidad del Dolor del Hospital Universitario Quirónsalud Madrid.
Se estima que esta enfermedad afecta a una de cada 100.000 personas, sobre todo a mujeres, ya que de cada 10 personas que la sufren 7 son féminas. Y en la mayoría de los casos, solo afecta a un lado del cuerpo. Un 4% de los pacientes que acuden a la Unidad del Dolor del Hospital Universitario Quirónsalud Madrid padecen esta patología.
El Dr. Abejón explica que esta enfermedad puede aparecer por varias causas: “La compresión de este nervio se puede producir por cirugías, partos, traumatismos, movimientos repetitivos de cadera. También por actividades que requieran estar mucho tiempo sentado, fibrosis compresiva por cirugías o lesiones que compriman el nervio, tumores o estreñimiento crónico”. A estas se añaden las derivadas de enfermedades que afectan a los nervios, como la diabetes, enfermedades autoinmunes, como el síndrome de Guillain-Barré o herpes, y lesiones de los nervios por quimioterapia o radioterapia.
Los síntomas pueden empeorar si se está mucho tiempo sentado
Reconocida en España como enfermedad rara, es una afección infradiagnosticada porque sus síntomas se confunden con los de otras patologías. Dolor con sensación de quemazón, calambres, pinchazos, compresión, y/o excitación sexual, así como pérdida de sensibilidad o sensibilidad dolorosa son los síntomas más frecuentes, y en algunos casos pueden llegar a ser incapacitantes. “A menudo se acompaña de síntomas como sensación de presión a nivel rectal y anal, distensión, síntomas urinarios y disfunción sexual. Además, puede empeorar, en ocasiones, cuando la persona se sienta, con la defecación o con las relaciones sexuales”, señala el responsable de la Unidad del Dolor del Hospital Universitario Quirónsalud Madrid.
Para diagnosticar la neuralgia del pudendo, los especialistas realizan una resonancia magnética y un estudio electromiográfico para saber las posibles causas y el grado de afectación del nervio.
Una vez diagnosticada, la enfermedad se aborda de forma multidisciplinar, y primero con un tratamiento conservador con fisioterapia de suelo pélvico, tratamiento con TENS (Estimulación Nerviosa Eléctrica Transcutánea), fármacos analgésicos y neuromoduladores. Además, el apoyo psicoterapéutico suele contribuir a la mejoría global del paciente.
Si el tratamiento conservador es insuficiente, “se puede realizar infiltración con anestésicos locales o radiofrecuencia pulsada del nervio. La cirugía para liberar el nervio sería una opción cuando la causa es la compresión del nervio y no se alivia de forma mantenida con bloqueos o radiofrecuencia. En los casos más resistentes se puede plantear estimulación de raíces sacras”, subraya el Dr. Abejón. Modificaciones en el estilo de vida, evitar estar sentados de forma prolongada o el uso de cojines especiales, de tipo flotador, ayudan a atenuar la presión sobre el nervio y pueden servir para que no aparezcan los síntomas. También deben evitarse ejercicios con flexión de cadera, como ciclismo, porque podrían provocar el empeoramiento de la lesión del nervio.