Antonio Resines en el estreno de ‘Así me siento’, un pódcast de Esther Gómez, mi enfermera favorita, exclusivo en Podimo

Estreno de ‘Así me siento yo’, un pódcast de Esther Gómez, @MiEnfermeraFavorita, exclusivo en Podimo. Todos los seres humanos vamos a pasar a lo largo de nuestra vida por una enfermedad, un ingreso o un proceso patológico, pero… ¿Pensáis que tenemos las mismas necesidades los pacientes y los profesionales sanitarios al hablar de ello?

Alrededor de una mesa, Esther Gómez, enfermera y profesora universitaria, sienta las dos caras de la moneda: una cara conocida de nuestro país que nos habla de situaciones, enfermedades o vivencias y al otro lado un experto sanitario. ¿Para qué? Para generar una conversación entre paciente y sanitario, y así conocer todos los puntos de vista. ¿Qué es lo realmente importante para cada uno de ellos? ¿En qué pensamos cada uno de nosotros cuando la enfermedad o las situaciones límite de salud llaman a nuestra puerta? 

Visibilizar, humanizar y generar un impacto positivo en la población, demostrando que nada es tan perfecto como se muestra en redes sociales o medios de comunicación. Y lo más importante de todo: saber qué es lo que realmente necesitan las personas en esos momentos. Historias de superación o de aceptación de la enfermedad que inspiran y motivan a otros pacientes y enseñan lo que no está en los libros a los profesionales sanitarios. 

En este primer capítulo vamos a hablar de las unidades de cuidados intensivos. Sabemos que en España hay 4.404 camas y que el 90% de los pacientes que pasan por la UCI sobreviven. Hoy nuestro invitado, Antonio Resines, nos va a contar cómo fue su experiencia estando ingresado en la UCI. Junto al enfermero Isidro Manrique hablarán sobre su experiencia dentro de la UCI desde los dos lados de la cama. ¿Por qué acabó Antonio allí y cómo lo vivió? ¿Cuántos días estuvo ingresado? ¿Son normales las alucinaciones? ¿Escucha el paciente lo que sucede alrededor mientras está intubado? ¿Realmente podemos humanizar en un lugar como es la UCI? Todo esto y mucho más, en ‘Así me siento yo’.


“Con 69 años ingresaste en la unidad de cuidados intensivos por una insuficiencia respiratoria, estuviste 36 días en la UCI y 23 en coma inducido. Contamos también con Isidro Manrique, enfermero, que ha desarrollado gran parte de su vida profesional en los cuidados intensivos. Antonio, cuando ingresaste por COVID y neumonía bilateral, tú ya tenías puesta la segunda dosis de la vacuna, ¿cómo empezó todo?”, pregunta Esther. “Ese fue uno de mis grandes errores y es atribuible a mí. Fue el 14/15 de diciembre, el día anterior había estado trabajando en El Hormiguero y el lunes me habían hecho un test de antígenos y había dado negativo. Yo estaba bien y al día siguiente empezamos a rodar ‘Padre no hay más que uno 3’, pero yo ya me encontraba mal, como hacía mucho frío y había dado negativo lo achaqué a un catarro. Esa noche lo empecé a pasar mal, me tomé la saturación y me daba muy baja, respiraba cada vez peor y llamamos a urgencias», cuenta Resines.

«El enfermero le dijo una frase a mi mujer: ‘Despídase de él’, probablemente lo dijo porque en un tiempo no me iba a ver, no porque me fuese a ir mal. Te dicen eso y te pones en lo peor. Llegué a urgencias, me hicieron una placa y me dijeron que me llevaban a la UCI, sentí un alivio total. Sabía que estaba mal porque no podía respirar, pero sabía que en la UCI estaría a salvo”, Antonio Resines

“Has dicho algo súper importante: ‘El error fue mío que no supe y esperé y aguanté’, esto Isidro, ¿cómo lo ves en el hospital?”, pregunta Esther. “Yo creo que es una doble responsabilidad. La administración tiene que hacer porque los usuarios sean responsables en el uso de urgencias y de atención primaria, pero esa culpabilidad de esperar demasiado es el matiz importante. Hay que pedir a las administraciones ese refuerzo de atención primaria, en el COVID nos sobrepasó a todos”, dice Isidro. “De todas formas, apunto que yo aguanté más porque estaba rodando y no quería que se parara el trabajo. Aunque se hicieron todas las pruebas en esa película, todo el mundo cayó, Santiago Segura dirigía desde casa con el ordenador”, cuenta Resines. “Tú estuviste 48 días en el hospital, ¿eres consciente realmente de eso?”, pregunta Esther.

“Todos los recuerdos que tengo son muy irreales y nítidos, siempre estaba en peligro de muerte. Estaba en una guerra mundial, haciendo testamentos para la familia real inglesa, estaba bajo el agua y tenía que intentar salir, me tiraban al agua con pesos y no podía salir…”, Antonio Resines

“Se ha visto por estudios científicos que el oído es lo último que se pierde en coma, ¿tú comprendías o recuerdas escuchar algo?”, pregunta Esther. “Yo creo que sí. Hay cosas que me acuerdo de que son verdad que han pasado, distorsionadas por mí, pero había sitios en los que sí había estado físicamente. Me entubaron y me sacaron dos veces, sabía que estaba en el Marañón, pero en mi cabeza todo el rato estaba en peligro o me querían matar”, dice Antonio. “¿Es normal todo esto que cuenta Antonio?”, pregunta Esther. “Es totalmente normal. La mayoría de los pacientes que han pasado por UCI hablaban de la sedación o de estar en coma, pero puede haber oscilaciones. Eso puede tener consonancia con acciones previas que han tenido y hacen que el cerebro no sea capaz de temporalizar todo lo que está sucediendo”, dice Isidro. “Hay un momento que era verdad que yo estaba hablando con un enfermero, pero estaba en mi mundo a la vez y eso era por la sedación. Lo del oído lo confirmo, lo primero que hizo mi mujer fue traerme una selección de cosas que a mí me gustaban y de eso me acuerdo. Me provocó desesperación porque estaba muy torpe porque estaba atado”, cuenta Resines. “¿Cómo vivió tu mujer y tu hijo la incertidumbre? Y luego en época de pandemia que no podían ir a verte”, pregunta Esther. “No, fue ya más avanzado. Ella tenía COVID también, lo pasó sola en Nochebuena y Navidad. Mi hijo también lo cogió. Hicieron un chat gigantesco para mantener a todos informados, cada día les daban un parte y era una incertidumbre porque cada día era un peligro de muerte”, cuenta Resines.

“Tuve entre un 90/95% de posibilidades de haber muerto, hubo un momento que yo ya me quería morir, le dije al médico: ‘Pégame un tiro porque estoy hasta los cojones. He hablado con mi mujer y ya tenemos un notario’, estaba demente totalmente. El tío me dijo: ‘¡Cómo te vas a morir tú con lo que nos has hecho reír durante tanto tiempo!’, algo pasó en mi cabeza y eso cambió”, Antonio Resines

“Esa experiencia cuenta mucho el sufrimiento que pasaste. Yo imprimí una foto mía, para que los pacientes supieran cómo era porque no se me veía nada. ¿Isidro, vosotros cómo trabajáis con los familiares?”, pregunta Esther.

“Yo creo que cuando ingresa un paciente en una unidad de cuidados intensivos, no solo ingresa el paciente, si no todo su núcleo. Esa frase de: ‘Si sucede algo te llamaremos’, soportar esa presión es duro. Separar al paciente de su familia y de su entorno es tremendo”, Isidro Manrique

“También hay que decir que cuando pasa la fase más crítica y los ves aparecer hay una esperanza. Yo era consciente y veía a los de al lado, cuando cambiaban de habitación ya sabíamos porqué era. Había muchos momentos que prefería no estar consciente porque era tremendo”, cuenta Resines. “¿Tú crees que hay alguna forma de humanizar en las UCIs?”, pregunta Esther. “Yo creo que es fundamental”, dice Isidro. “Yo no”, dice Resines. “¿No crees que hay detalles que podrían haber hecho? No les habría costado hacer una videollamada con tu mujer, o poder haber hecho algo”, dice Esther. “Sí, cosas así sí. Desde el momento que empiezo a respirar yo solo y me empiezo a dar cuenta de todo, se ve cómo trabaja todo el mundo. Empezaba a ver como unos sabían dónde pinchar, otros donde mover los músculos… ¿se pueden mejorar cosas?, evidentemente. La comunicación con los familiares se puede mejorar, pero cuando salí me quedé acojonado porque un 90% de las personas estaban en decúbito prono, es decir, boca abajo”, cuenta Resines. “Isidro, tú como profesional, ¿cómo ves esa posibilidad de humanizar los cuidados en la UCI?”, pregunta Esther. “A raíz del COVID nos dimos cuenta de que era necesario que la gente que trabaja allí no se perdiera el cuidado de lo invisible. Esas llamadas a familiares, esa información. Es tan sencillo y complicado a la vez en una unidad tan especializada, con tantos pacientes y con tantas familias”, dice Isidro. “Lo que contabas tú de la foto, no exactamente con la foto, pero había gente que se identificaba y el 99% de la gente que estaba en la UCI eran gente con un nivel personal magnífico”, dice Resines. “A pesar de que estamos aquí con lo negativo, en la pandemia, el 90% de los pacientes de UCI salen con vida. Da miedo, pero tenemos unos profesionales increíbles, ¿qué te gustaría trasmitir a la población?”, pregunta Esther. “Qué confíen en nosotros. Cuando alguien entra en un hospital no cuestiona qué es lo que le van a hacer”, dice Isidro. “Yo cuando entro en un hospital y voy a urgencias, ya soy feliz, sé que estoy en buenas manos porque saben lo que tengo que hacer”, dice Resines. “Has dicho que perdiste 20 kg, saliste con una atrofia muscular del 80, ¿cómo te sientes?”, pregunta Esther. “Hay que decir públicamente que el COVID persistente existe. Mi mujer lo cogió y todavía las PCR en sangre y orina salen positivos, eso provoca distintas reacciones. Están investigando por qué pasa eso y están intentando poner solución. Yo me siento bien”, concluye Resines.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Consentimiento de Cookies con Real Cookie Banner